La magistrada que presidió el juicio con jurado popular a Pau Rigo, acusado de la muerte de uno de los ladrones de su casa, en Mallorca, ha ordenado la repetición del juicio como solución al grave error que supuso dar por bueno un veredicto que no cumplía con las mayorías que exige la ley para una condena. El error se ha producido en uno de los casos más sensibles que se han puesto encima de un tribunal del jurado en Balears y el fallo no ha sido culpa de los ciudadanos sino de los profesionales. El auto dictado ayer descarta una absolución de Rigo porque con ese veredicto es imposible saber qué pensaban en realidad los nueve miembros del jurado. Tendrán que ser otros ciudadanos quienes lo establezcan.
El nuevo juicio a Rigo y el resto de acusados plantea un serio desafío. Lo ocurrido con el veredicto ha aumentado la polarización en torno al caso y generalizado el debate, por lo que una posible contaminación de los miembros del futuro jurado es más probable. La selección de los mismos deberá ser exquisita. El proceso debe garantizar los derechos en juego, por supuesto los de Pau Rigo con todos los matices en su comportamiento a la hora de disparar contra quien asaltó su casa en dos ocasiones. Sin embargo, también están en juego los de la familia de Mauricio Escobar, el fallecido en el asalto a la casa de Porreres.