La princesa Leonor cumplió ayer 18 años y juró la Constitución española en un acto solemne que simboliza la continuidad de la Monarquía parlamentaria. Su padre, el rey Felipe, le impuso en el Palacio Real el Collar de la Orden de Carlos III, el monarca austero y discreto que reinó en el siglo XVIII. «Me debo desde hoy a todos los españoles, a quienes serviré en todo momento con respeto y lealtad. No hay mayor orgullo. En este día tan importante, que voy a recordar siempre con emoción, les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en el futuro de nuestra nación, en el futuro de España», afirmó la futura Reina. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, aludió a una España «plural, abierta y europea», a los inmigrantes y también se refirió a la igualdad de género.
Dejando al margen los reprobables escándalos de Juan Carlos, el rey emérito, lo cierto es que su sucesor, el rey Felipe, ha sabido actuar con prudencia, ha afrontado y resuelto con serenidad situaciones difíciles y también ha modernizado la Monarquía, con el empeño de que sea de todos los españoles. El papel de Felipe VI como jefe del Estado es valorado de forma positiva por una gran parte de los españoles. Su principal función consiste en actuar con sensatez y ser la clave de bóveda del actual sistema de derechos y libertades.