La inquietud manifestada por vecinos y empresarios de la urbanización de Cala en Porter, en Alaior, sobre la regeneración natural de la playa es comprensible. En un territorio cuya economía depende en gran medida de la actividad turística, la calidad de una playa tiene unas consecuencias en el ámbito económico que no se pueden obviar. Bien es cierto que la preservación de un entorno que merece la distinción de Reserva de Biosfera no permite llevar a cabo actuaciones contundentes y agresivas en espacios que son sensibles, como es el caso.
Puestas sobre la mesa estas dos consideraciones, hay que encontrar el justo término medio para que nada altere el equilibrio natural en Cala en Porter y, al mismo tiempo, los empresarios de la zona puedan afrontar con garantías y tranquilidad la próxima temporada turística. Las discusiones entre administraciones, las peleas competenciales, han sido ya suficientes este verano. Es la hora de que hablen los técnicos, y que impulsen una regeneración de la playa de Cala en Porter que combine el máximo respeto al devenir de la naturaleza pero también la viabilidad de los negocios de la urbanización. No caben maximalismos en estas cuestiones, sino sentido práctico.