Los datos del Colegio de Registradores confirman que la demanda de vivienda digna y asequible en Balears ha alcanzado cotas nunca vistas y que los precios han superado los récords históricos. Desde la pandemia, en 2020, el coste de una casa ha aumentado un 35 por cien y el precio de la vivienda en las Islas ya es un 70 por cien más caro que en la Península.
En el Archipiélago un piso de tamaño mediano cuesta unos 357.000 euros, mientras que en Extremadura el desembolso se sitúa en unos 81.000 euros. Una diferencia abismal que es un escollo insalvable para muchos ciudadanos. El verano pasado ya hubo manifestaciones en contra de este mercado inmobiliario enloquecido. Todo apunta a que la tensión aumentará a medida que los precios sigan subiendo. Y de forma paralela a este drama habitacional nos encontramos con que los asentamientos ilegales se disparan y cada vez hay más personas que malviven en tiendas de campaña, chabolas o en coches, en condiciones inhumanas. Son los excluidos de esta crisis inmobiliaria que demanda actuaciones urgentes con la construcción de nuevos pisos, tanto de promoción privada como pública.