La revisión del Plan General de Ciutadella lleva dos años paralizada a la espera de poder garantizar el suministro de agua potable a la población futura, cuya crecimiento ha de prever el nuevo planeamiento.
Con la extracción de unos pozos sobrexplotados, con extracciones a una profundidad de alto riesgo, solo queda un camino expedito, incrementar el agua procedente de la desaladora. El Govern obliga a que Ciutadella reduzca la extracción de los pozos en un 45 por ciento al menos durante seis años y cubra este déficit con agua desalinizada. Pero este cambio lógico no se puede llevar a cabo de forma inmediata. Hace falta que sea operativa la conexión entre la desaladora y los depósitos de Es Caragolí, que suministran a la mayor parte de los hogares de la ciudad.
Pese a que el conseller Juan Manuel Lafuente ha otorgado la máxima prioridad a esta canalización, ahora está en la fase de redacción del proyecto, todavía se desconoce el trazado, habrá que realizar expropiaciones, y todo ello se traduce en unos tres años de proceso, si no surgen obstáculos importantes. La urgencia de Ciutadella de contar con el Plan General y afrontar el reto del suministro de agua no tendrá respuesta a corto plazo.