Rusia y Ucrania mantuvieron sus primeras conversaciones directas en tres años en un encuentro de alto nivel en Estambul, en las que abordaron un alto el fuego y conversaciones entre los líderes de ambos países. Sin embargo, no hubo avances significativos. Y ni Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, ni Vladimir Putin o Donald Trump, los dirigentes de Rusia y Estados Unidos, acudieron a la cita en Turquía. Fuentes ucranianas sostuvieron que la delegación rusa exigió que Kiev cediera territorios bajo su control. Los dos países enfrentados «presentarán su visión de un posible alto el fuego futuro» y confirmaron que habrá un intercambio de 1.000 prisioneros por cada bando.
El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, refrendó el intercambio de prisioneros y aseguró que en las negociaciones habían discutido «la cuestión de un alto al fuego» en todas sus modalidades, que no se llegó a concretar. También se abordó la posibilidad de un encuentro de máximo nivel entre Putin y Zelenski. Según parece, durante las negociaciones los rusos han planteado una serie de exigencias que, para los ucranianos, son inaceptables.