La enésima crisis de Vox en Balears lleva el nombre de Idoia Ribas, que ha causado baja en la formación de Abascal. Cesa su militancia pero sigue en el grupo parlamentario después de advertir que «no soy un sac0 de boxeo». El anuncio de la antigua política del PP no genera sorpresa. Encabezó una de las primeras rebeliones contra la dirección de Madrid y provocó que fuera totalmente apartada. Su decisión evidencia que la desintegración de Vox en Balears es imparable. Tras varias batallas y conflictos internos, la formación se ha convertido en un reino de taifas. No hay liderazgo, una dirección clara o un interlocutor válido, lo que complica la situación.
En el Parlament la situación de sus diputados es indescifrable. Madrid se desespera ante las rupturas constantes. En 2023 el diputado menorquín Xisco Cardona también dejó Vox y al año siguiente fue Agustín Buades el que abandonó el grupo parlamentario y quedó como no adscrito. En este escenario, el 29 de junio los jueces deliberarán si Gabriel Le Senne, presidente del Parlament, va a juicio por arrancar unas fotos de represaliadas del franquismo. La dirección de Vox dice que sus votantes son fieles a la marca y a un ideario, no a los nombres que aparecen en las listas. Pero el agónico proceso de degradación en Balears con toda seguridad les acabará pasando factura.