Hace una década, Fornells reclamaba mejoras en su espacio portuario y lamentaba una histórica falta de inversiones públicas. A partir de 2019 y hasta 2024 se ha ejecutado una obra con un coste global de unos ocho millones de euros, la mayor que nunca se ha llevado a cabo en esta población. Lo que debía colmar las expectativas de los residentes se ha convertido en motivo de quejas y portestas y, como sabemos ahora, con errores graves en el diseño y en la ejecución.
La adutoría encargada por el Govern al Colegio de Ingenieros demuestra que el vertido de pluviales a la red de saneamiento no se contempló de forma correcta. La bombas impulsoras no están dimensionadas. Se produce un desbordamiento incomprensible en una red de nueva construcción. Hay casas en que las aguas sucias elevan el nivel en sus lavabos. Ahora se propone construir un tanque de tormentas para aliviar la presión. También se han producido filtraciones de agua salada en la red, que hasta hace poco, ha impedido el uso para el riego. Y además, las aportaciones municipales no se atendieron en el proyecto, ni el Ayuntamiento facilitó después soluciones a los fallos. Despropósitos a los que ahora hay que encontrar soluciones.