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Editorial

No crear alarma social ni sobrevalorar la estadística

Menorca no sufre una ola de criminalidad que haga temer por nuestra seguridad ciudadana, sin embargo las estadísticas sobre el número de denuncias presentadas tampoco sirven como elemento principal o único de interpretar la realidad. Se han producido una serie de hechos en los últimos días que preocupan y con motivo, pero que no han de alarmar. El robo con intimidación en la casa de una anciana de la calle Sant Josep de Maó; el incremento de hurtos en el centro de Ciutadella, con dos jóvenes de 20 años presuntamente implicados, uno de ellos en 12 delitos o faltas; y el juicio de ayer contra 5 jóvenes que dieron una paliza a un agente de seguridad privada, Carlos Pablo Raengo, en Es Pla hace cuatro años. El agente murió un mes y medio después, tras permanecer tres semanas en coma. Sin embargo, la autopsia no pudo determinar la existencia de una relación directa entre la agresión y las lesiones sufridas con su fallecimiento. Actualmente se alzan voces pidiendo una reforma del Código Penal para aplicar condenas más duras. Parece que a veces se olvida que la prioridad debe ser recuperar a las personas como mejor medio de prevención.

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