El peregrinar a Compostela constituye una impresionante inmersión en la espiritualidad, así como un descubrimiento de las auténticas raíces cristianas de Europa, que se manifiestan a través de las tradiciones populares, de los monumentos de arte o de otros testimonios culturales, que pueden descubrirse en la más famosa de las rutas que conducen al sepulcro del Apóstol patrono de España. Todo eso llenará sin duda de gozo y admiración a quienes participen en esa proyectada peregrinación a Santiago.
Esta ruta se va a realizar precisamente en mayo, ese mes que desde hace muchos siglos tiene una especial connotación mariana, como se expresa en las Cantigas de Alfonso el Sabio: "Ben veñas, mayo, et con alegría. / Por en roguemos a Santa María". El camino a Compostela está también cuajado de testimonios de una gran devoción a la Virgen.
En esta peregrinación resonará sin duda el eco de las palabras que en la Ciudad del Apóstol, en 1982 proclamó con vigor Juan Pablo II: "Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor. Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces".
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Desde Madrid los peregrinos menorquines nos dirigiremos hacia Soria y después a Pamplona, la capital de Navarra, territorio ya plenamente integrado en la ruta jacobea. Al día siguiente (23 de mayo), después de visitar esta ciudad, con su hermosa catedral, el claustro gótico y otros monumentos de los alrededores, podremos oír el relato de una antigua tradición o leyenda en que se dice que a un padre que con su familia se dirigía a Compostela le robaron el jumento y hubieron de proseguir a pie; pero al poco rato de caminar un hombre del campo les ofreció otra bestia con la que proseguir su ruta. Al llegar junto al sepulcro del Apóstol descubrieron que su imagen tenía las mismas facciones de aquel bondadoso campesino que les había dado aquel otro jumento.
Otro relato fantástico es el que explica la presencia de un famoso gallo que se alberga dentro de una jaula barroca en un ventanal de la catedral de Santo Domingo de la Calzada por donde pasaremos el día siguiente (23 de mayo) yendo de camino hacia Burgos por Etella, Logroño y Nájera.
El día 24, fiesta de María Auxiliadora, estaremos en Burgos, donde su famosísima catedral, una de las más representativas del arte ojival o gótico y dedicada a la Virgen, ostenta en su fachada una maravillosa inscripción, de enormes letras esculpidas en pétrea tracería, que junto a la imagen de María dicen Pulcra es el decora («Qué bella y hermosa eres»), palabras bíblicas que la liturgia aplica a María, pero que también de alguna manera pueden querer expresar la espléndida belleza de esa catedral a Ella dedicada.
Otra visita se hará detenidamente el día 25 a la ciudad de León, capital de su antiguo reino. Su Catedral aparecerá con todo su esplendor luminoso, si el día resulta soleado y la hora oportuna para que podamos gozar de la visión de sus amplios ventanales con su luz matizada de múltiples colores que inunda las naves del templo gótico. Otros monumentos que podremos contemplar en León son la Colegiata de San Isidoro, de estilo románico, el edificio plateresco de San Marcos, antigua sede central de la Orden militar de Santiago y el santuario moderno de la Virgen del Camino, cuyo nombre proviene de esa ruta de peregrinación que estaremos siguiendo. Pasaremos luego por Astorga y entraremos ya en Galicia, donde el camino de Santiago por entre humildes veredas y albergues evoca el ambiente de los peregrinos que hacen a pie su camino. La más augusta indicación por la que se regían los caminantes antiguos era la Vía Láctea, que marcaba la dirección hacia Santiago, divisándose al fin las torres gemelas de la Catedral, como si estuvieran en vela junto al sepulcro del Apóstol: torres que el eximio poeta Gerardo Diego evoca con estos versos: "También la piedra, si hay estrellas vuela. / Sobre la noche biselada y fría, / creced, mellizos lirios de osadía: / creced, pujad, torres de Compostela".
Tres días, del 26 al 28, permaneceremos en torno a Santiago, donde el primer día participaremos en la Misa del Peregrino para poder lucran la indulgencia del Año Santo Compostelano. En la Catedral deberemos acercarnos especialmente al el Pórtico de la Gloria, al Sepulcro del Apóstol y a su venerada imagen que recibe el tradicional abrazo de cada peregrino. En los dos días siguientes desde Santiago o Vigo se visitarán los magníficos panoramas de las Rías, bajas y altas, como el que se domina desde el Monte de Santa Tecla cerca de Tuy y otros muchos lugares y ciudades, como la isla de La Toja, Ribadeo y La Coruña, donde se almorzará el día 28. El sábado día 29 será el regreso en avión a Madrid y a Menorca.
Para inscripciones, hasta el día 18, Sor María Bibiloni Tel. 971 38 66 12. O bien el móvil 616 16 81 49.