La Revista de Menorca (publicación del Ateneo) editó, en 1911, un número monográfico dedicado a la primera década del siglo XX en nuestra isla.
Transcribimos a continuación el prólogo que para la ocasión preparó D. Antonio Victory. El lector podrá constatar con toda claridad cuáles eran, por aquellas fechas, los rasgos más característicos de nuestra sociedad menorquina y podrá, asimismo, compararlos con la época actual, habiendo transcurrido prácticamente un siglo. Veamos el prólogo:
"Vivimos una época en que todas las manifestaciones de la actividad humana adelantan de modo prodigioso. Los países que no siguen el movimiento de aquellos que marchan a la cabeza de la civilización, sufren las consecuencias de su atraso que, en último resultado, se traducen en miseria y malestar, tanto más intensos cuanto más rezagados quedan.
Bien quisiéramos que nuestra isla figurara entre las comarcas que van a vanguardia en esa marcha progresiva, o por lo menos, ya que no se cuenta nuestra Nación entre las más adelantadas, que ocupan Menorca lugar preferente entre las regiones españolas.
A que mejore ese lugar tienen diferentes instituciones que se han fundado en lo que del presente siglo va transcurrido: la Extensión Universitaria, Ateneos, Cámaras de Comercio y Agrícola, sociedades obreras, y otras. Muchas de ellas son debidas o tienen su origen en el Ateneo Científico, Literario y Artístico que, en los cinco años y medio que lleva de existencia, ha procurado difundir la cultura y fomentar el progreso material del país , por cuantos medios han estado a su alcance.
Que Menorca ha progresado en estos últimos años es evidente. Quien no la hubiera visitado desde finales del siglo anterior, encontraría que todas las poblaciones de la Isla, hasta las más pequeñas, están hoy enlazadas por líneas telegráficas o telefónica; que todas ellas tendrán, dentro de poco, alumbrado eléctrico; que en algunos se han efectuado mejoras urbanas, de más o menos importancia; que existe un servicio de autobuses entre las poblaciones extremas; que se construyen o proyectan nuevos faros y vías de comunicación..."
Por motivos de espacio, hemos publicado solamente una parte del prólogo de D. Antonio Victory, pero su lectura nos revela, ciertamente, la loable inquietud cultural y de progreso de los distinguidos ateneístas que nos precedieron. Así, corroborando lo dicho, en el citado número de la Revista de Menorca (1911) se reunieron las siguientes colaboraciones (entre otras):
Pedro Mir i Mir, Agricultura.
Lucas Carreras, Industria y Comercio.
José Pérez Acevedo: Instrucción pública.
L. Lafuente Vanrell, Literatura.
F. Hernández Sanz, Arte.
Estas son, insistimos, algunas de las plumas que participaron en aquella edición. Menorca y el Ateneo necesitan, constantemente, el empuje de nuevas generaciones, de personas que refuercen el espíritu ateneístico y recojan la antorcha del pasado, para proyectarla, naturalmente, hacia el futuro.
Hace cien años se hablaba de cultura y progreso, de líneas telefónicas y alumbrado público, de faros y vías de comunicación, entre otros temas. No se hablaba del PTI, ni de la variante de Ferreries o el Dic de Ciutadella. Los tiempos han cambiado. Las circunstancias han cambiado. Permanece, ¡eso sí! el hombre, la persona humana, y nuestro compromiso moral con la sociedad, con el objetivo de alcanzar cotas más elevadas de cultura, bienestar, salud y felicidad.