Para saber lo que está de moda, qué propuestas triunfan o qué colores se llevan no hace falta comprarse revistas especializadas ni acudir a grandes desfiles. A veces es suficiente con pasear, dar una vuelta con una cierta actitud crítica, de sociólogo de andar por casa.
Este tipo de estudio de "peix frit" es el que ha permitido a servidor comprobar el éxito de las bolsas verdes de la "r", estas bolsas promovidas desde las instituciones públicas que pretenden reducir el consumo de las desechables de plástico.
Son muchas las personas que, impulsadas en parte por el carácter gratuito del elemento, se han apuntado a la compra sostenible. Por lo tanto, un aplauso para promotores, artífices y usuarios. Y es curioso el boom de la bolsa verde reutilizable, porque la cosa estaba ya inventada y tenía un nombre, "senalla", cuyo uso era relativamente frecuente pero quizás no tan extendido. ¿Qué aporta la nueva bolsa de la "r"? Principalmente permite llevarla plegada (¡gran idea!) hasta el momento de su uso en el bolso o en el bolsillo del abrigo. Maravilloso.
El éxito del invento es además el éxito de las cosas pequeñas en lo referente a la preservación del medio ambiente, el triunfo de las microactuaciones, de lo concreto, frente a los grandes planes multianuales, las amenazas catástrofistas y las cumbres internacionales costosísimas que acaban en sonoros fracasos.