Porque les quiero, porque en mi espíritu se mantiene la llama de comercial, porque me encanta aconsejar a la antigua, con el corazón en la mano, huyendo de falsedades, siempre diciendo a la vez que aconsejando lo que mejor puede ir a cada cual, por todo ello es que en esta ocasión deseo descubrir a los que no lo conocen que hagan un "chin-chin" con una copa de cava rosado de las famosas cavas Raventós i Blanc de San Sadurní d'Anoia. Elaborado con uvas macabeo, xarel·lo, parellada, monastrell. Es fácil imaginarse la finca que lleva el nombre del espumoso, cómo son trabajadas sus tierras, generación tras generación, con sabor a la antigua usanza que es lo que verdaderamente le da calidad i un bon bevent. Al ir llenándose la copa de cristal, se descubre el suave tono rosado que si cabe aún apetece mucho más brindar con él. Tanto, que al hacerlo, las mujeres del Talaiot de Trepucó entonaron la célebre "desde el día en que te vi, la vida es para mí, de color de rosa". la misma tonadilla que escuchábamos a través de las ondas de Radio Menorca y que en cierta ocasión alguien me dedicó a la hora de comer y, tras escucharlo un poc més i m'ofeg. Pensar que mi padre era tan severo, tan peu a retxa, con sus celos hacia su Margariteta. Mas, aquella inconfundible voz de la pequeñaja y poco agraciada Edith Piaf, que no había visto jamás, imaginándola la mujer más hermosa de Francia, me hizo evadir del probable rapapolvo del mecánico de las motoras.
Debo confesar, perquè no m'agrada dir mentides, ya que a pesar de haber hecho de vendedora, jamás intenté engañar a mis clientes, buena prueba de ello es que en ocasiones mi jefa, mi querida Rosa Pons, me insinuaba la venta de alguna página y esta servidora se presentaba en la oficina con varios anuncios de ofertas y demandas, páginas que consideraba y continúo considerando y así las bauticé como las vedettes del Menorca... A lo que iba y, continúo diciendo que no conocía el De Nit de Raventós y que de continuar brindando con el mismo en ocasiones especiales será gracias a Montse, una de las amigas de mi admirada "gran hermana" Mercedes Milá, hermanas por línea artística del bombón, más bombón de todos los tiempos de la cinematografía como es Robert Redford, del cual nos confesamos auténticas admiradoras, a pesar d'haver perdut molts de llençols de no ser, físicamente, el apuesto aviador de "Memorias de África". ¡Quien tuvo retuvo!
Montse, simpática, agradosa i bona al·lota, posee un corazón más grande que su estatura y esto que mide... bueno, no la medí, pero a ojo de buen cubero, algo más de una yarda, seguro. Según el mayoral de la finca, de jugar a baloncesto, haría canasta sin apenas saltar. El filatero añade que por lo menos, dos metros, bueno... dos metros un poc llargs, mejor diría yo metro noventa. La cuestión es que lo de la medida no importa, Montse es encantadora i prou n'hi ha, además, me enteré de que es una manitas. Decora interiores y exteriores, casas urbanas y de pel camp. A la vez que arregla el grifo del baño o de s'escurador. Te hace una instalación eléctrica o te cambia la bombilla de s'excusat.
Desatasca el fregadero o te resuelve cualquier tipo de atropello doméstico. Tras haber empapelado cualquier pared, no tiene dificultades a la hora de colgar cuadros, platos.... Y es que Montse miembro de esta gran familia milenaria, los Raventós, es un todo terreno, que cualquiera sueña por tener como amiga. Te quiero, Montse.
Después de leídos estos renglones a mis compañeras de la finca, insinúan que jo tota sola me pos un bon capell, a partir de este momento alguno pensará que me agrada empina es colze; pues no, poco puedo presumir de conocimientos espiritosos, no obstante, distingo lo bueno de lo mediocre y lo que es intolerable al paladar.
De toda la vida, desde que tengo uso de razón, recuerdo que a la hora de comer, mamá Teresa depositaba sobre la mesa una botella de cristal, por cierto era muy bonita no sé que es deu haver fet, llena de vino de Alella, que ella misma llenaba el frasco de una garrafa que todas las semanas nos dejaba en uno de los escalones. Jandro, el conductor de la galera de casa Ferré, y decía: "Buenas, Teresa... Deix es vi.
Mi padre lo bebía con sifón de los Costabella. Nosotras, las mujeres, mi madre y esta servidora, con gaseosa de la Rop de la Raval. En verano lo tomábamos, bien fresquito, de buena mañana, Antonio Barber, el hijo mayor de Lorenzo "Mana", al cel sia, nos dejaba un trozo de barra a cambio de un duro. En Toni, hacía el reparto con una moto que en la parte delantera llevaba una especie de cajón que circulaba sobre cuatro ruedas, no recuerdo cómo debían llamar aquel cacharro, dando la sensación de haber pertenecido a un artilugio de la segunda guerra mundial.
Cuando la casa Rop puso a la venta la popular piña, la preferí al vino de todos los días. Con ello ya queda dicho, la clase de bouquet que tenía.
Los tiempos fueron cambiando, mi amistad con el sobrino mayor de Miguel Pons Justo, que también hace años partió cap el cel, padre del hoy famoso gin Xoriguer, me culturizó, guiándome por el sendero de ses coses bones. Y supe diferenciar lo uno de lo otro.
Fue la semana pasada, con motivo de reunirnos en Bini Repòs algunos miembros de los Ametller, Prats, Cerdá y Piris des cap de Ponent, cuando probé los caldos de aquella mi querida ciudad, siempre admirada. Primero descorchando un Bini-Tord, vi de Menorca, blanco del 2009, continuando con otro de la misma casa, negro del 2008, ambos muy aceptables. A la vez que les invité a que probaran el de Sant Lluís, Binifadet, quedando prendados de su bouquet.
Dentro de quince días deben volver para saborear una caldera y una selección de pescado frito auténtico menorquín, con denominación de origen. Contando para ello con el blanco de sa Cudia des néts d'en Mevis Jover, un día es un día per treure es vogamarí de dins sa butxaca.
Aclarar que éste era un dicho muy antiguo que se usaba en el blanco pueblecito de Fornells, al comentar sobre algún vecino de la villa dando a entender se trataba de alguien muy avaro.
Aguedet, la cocinera des Talaiot de Trepucó, comentaba que cuando el mundo giraba sobre los raíles de la normalidad, las cosas parecían mejores, vestíamos sin tantos miramientos, al decir miramientos se refiere que acompañaba el vestido, el traje chaqueta o abrigo con los zapatos que fuesen, y el bolso que tuviera en el ropero; se era más feliz. Ahora, a pesar de los equilibrios eurísticos que se deben hacer, unos sin trabajo, otros cobrando del paro, algunos comiendo de la sopa boba de los abuelos, en su casa se bebía Rondel, Delapierre... algo que tan sólo se puede citar por lo bajini, o alguien tan osado como Guideta, publicándolo a sabiendas que tan sols ho llegirien quatre jans i un boi. Repito, amén de no tener un real, no está bien visto demostrar que en un tiempo ya lejano, se daba poca importancia a la marca del champán, ya que en aquellos momentos no se hablaba de cava, la cuestión era destapar una botella y de ser posible hacer un agujero en el papel del cielo raso. Lo que primaba era conseguir el ambiente de fiesta, lográndose con el disparo y el derrame del espumoso, n'hi havia per tot.
Estaba yo a punto de cerrar el presente, cuando Quica me recrimina por haber olvidado hacer comentario alguno sobre los famosos Litines que se vendían en las tiendas de comestibles. Se presentaban dentro de cajas alargadas de corcho y en la tapa una estrella dando publicidad a la marca. Se trataba de pastillas de tamaño reducido, o pequeños rectángulos envueltos cada uno de ellos en papel de seda blanco, se disolvían en el agua y a mí no me gustaban gens, prefería es sideral.