Un informe del Ministerio de Educación acaba de ratificar que cuatro de cada diez alumnos de Balears abandonaron sus estudios antes de terminar la etapa de enseñanza obligatoria. La diferencia con la media nacional es de nueve puntos. Los datos evidencian que nuestras principales carencias educativas y formativas no hay que buscarlas en las infraestructuras, sino en la motivación para el estudio y la capacitación personal y profesional y en los medios para mejorar su eficiencia.
En el curso que está a punto de empezar se incrementará el número de estudiantes, que a nivel nacional alcanzará la cifra más alta de la historia. Los expertos consideran que es una consecuencia directa de la crisis económica, quizás su único efecto positivo. La lista de retos del sistema educativo es enorme. Uno de ellos es permanente desde hace décadas, a pesar de los cambios. Se trata de la Formación Profesional. En España sacan este título el 38 por cien de los estudiantes, mientras que en Europa la media es del 52 por cien. De su mejora también depende la competitividad de nuestra economía.
En cuanto a los medios, que Balears también esté a la cola en número de ordenadores (7,4 estudiantes por equipo) es significativo.