El PP de Balears tenía una cuenta pendiente que su actual presidente, José Ramón Bauzá, parece dispuesto a saldar. El gran número de casos de corrupción que afectan a dirigentes de la anterior etapa de Jaume Matas en la presidencia del Govern precisaba de una posición firme de la nueva dirección. Bauzá no aceptará la inclusión de militantes imputados en las listas electorales, aunque los jueces no hayan dictado medidas cautelares contra ellos. Impone así una renovación en su partido y marca definitivamente la frontera con la historia reciente del PP balear. Es verdad que esta medida es injusta en algunos casos, en que finalmente los jueces pueden absolver a varios militantes. De hecho, ya se han manifestado discrepancias por parte de destacados dirigentes populares. Sin embargo, ha de constatarse una vez más el sentido que diferencia la responsabilidad política de la penal. Compete a quienes dirigen los partidos decidir quienes se presentan a las elecciones, velar por la eficacia y honestidad de su dedicación y finalmente exigir las responsabilidades de su función pública. Otros partidos no aplican el mismo criterio que Bauzá, ni lo hace el suyo, el PP, en otras zonas. La responsabilidad política no es sólo individual, es sobre todo de los partidos.
Editorial
Bauzá impone una renovación en el PP