La copa del mundo de fútbol ha pasado por Menorca. Algunos todavía recordamos el anterior diseño, cuando era conocida como la Jules Rimet, de apariencia a lo cariátide griega. Hoy su diseño es mucho más "global". Los medios de comunicación insulares destacaron el hecho de que unas cinco mil personas (que se dice pronto), hicieron un hueco en sus ocupaciones diarias, laborales y lúdicas, para ir a ver el trofeo conquistado por la selección española de fútbol. La "roja", como se la conoce.
Las fotografías no dejan lugar a dudas.
Todos querían tener en sus manos la copa, tocarla, y hasta besarla.
El nuevo Santo Grial de esta moderna religión global que es el fútbol.
Ese fútbol que tiene sus iglesias y catedrales, campos y grandes estadios; su clero y oficiantes, léase árbitros y auxiliares de banda; sus feligreses, o sea los aficionados que cada domingo participan desde las gradas en la celebración; su estructura organizativa, la FIFA; y los medios de comunicación que hacen llegar la información deportiva urbi et orbi.
Por encima de razas, continentes y hasta de posibilidades económicas, millones y millones de personas de todo el mundo quieren poder decir: "somos campeones del mundo".
Y esta vez han sido los españoles quienes han hecho suya la frase brasileña "a copa du mondo e nosa" la copa del mundo es nuestra.
Pero parece ser que esa copa del mundo que se pasea por los más recónditos rincones de España no es la que ganó la roja, la que levantó Iker Casillas. La auténtica duerme en Suiza. Al parecer circulan un par de copias y una de ellas recaló aquí. Queríamos liebre... y nos dieron gato. Pero aun así, la ilusión de miles y miles de menorquines dio fe de que el fútbol es el rey... del espectáculo. ¡Larga vida al rey!
Hablando de animales, hoy he recordado al cuervo, "corvus corax", ave paseriforme de la familia de los córvidos. Y lo he hecho al leer la noticia de que la hija (y familia) del conocido peluquero estilista Lluís Llongueras, emprendedor empresario creador de la internacional firma, ha sido despedido de la empresa Peyma (peluquería y maquillaje s.a.).
Y lo ha sido vía burofax enviado por su hija y administradora de la empresa, con la aprobación de su ex mujer e hijos (a cuyo nombre había ido poniendo acciones de la firma). Hoy ellos tienen mayoría y han puesto en práctica aquello de patada al trasero y fuera. De ahí que haya recordado aquello que tan acertadamente nos dice el refrán: "Cría cuervos... y te sacarán los ojos".
Y de un animal de plumas a otro: el buitre. Ave rapaz de las falconiformes que suele alimentarse de animales muertos, aunque se ha adaptado a cazar "piezas vivas". Es una carroñera con buen sentido del olfato y vista. También calificamos en argot a alguien de "buitre" cuando se ensaña y beneficia de los demás.
Igualito, igualito que los componentes del Govern balear, que han decidido reducir la representación municipal en el consejo de Administración de Autoritat Portuària de Balears (que preside el, curiosamente, menorquín Triay) y eliminar al alcalde de Mahón (y al de Ibiza) del consejo. Autoritat Portuària de Balears, en la que estaban Arturo Bagur, Berto Moragues y Marc Pons, que ya dejó tocado y casi hundido al Club Marítimo de Mahón, saca pingües beneficios económicos de nuestro puerto, y ahora nos impide que como ciudad indisolublemente unida a su puerto, tengamos ni voz ni voto.
Hay que recordar que el Vicepresident del Govern es Berto Moragues, y la consellera-portavoz Joana Barceló, ambos menorquines. No lo olvidéis a la hora de que os vuelvan a pedir el voto.
Veremos qué hará ahora el ex alcalde y hoy senador Arturo Bagur ante esta impresentale cacicada que nos ha encallado este patético Govern que nos gobierna. Antich y su cuadrilla que anidan en el Consolat del Mar.
¿Para eso queríamos autonomía? Antes decidía Madrid... ahora es Palma. ¡No sé qué es peor!