Venía dispuesta a hablarles de Matas. Esto de justificar el proyecto de la Ópera de Palma como la única forma de "tener un Calatrava" no tiene desperdicio, más por ser expresivo de una manera de hacer política gracias a la cual nuestro hermoso país florece de ciudades varias, palacios, puentes y demás mamotretos, casi todos ellos con su sobrecoste aparejado. Pero se imponen unos versos -"sé que existo porque tú me imaginas. Soy alto porque tu me crees alto, y limpio porque tú me miras con buenos ojos, con mirada limpia"- rotundos, preciosos. ¿Construye nuestra mirada la realidad? Quizás sí, quizás esté en nuestra mano engrandecer el potencial de quien nos rodea, apuntalar su seguridad y su autoestima, estimular su creatividad y una cotidianidad entregada.
Ahora, si esto es así, también podemos contribuir a ensalzar al soberbio, impulsar al necio y perpetuar su orden de cosas caótico e incomprensible.
Si nuestra mirada construye la realidad hay que empezar a mirar diferente, posándola en lo justo, lo humano, lo bello, afrontando con valentía e implicación lo opuesto para que deje de existir.