La previsión de entradas de cruceros al puerto de Maó presenta una caída de más del 30 por ciento respecto a dos años atrás. Destinos de nuestro entorno, por el contrario, ofrecen expectativas de crecimiento que, en el caso de Eivissa se cifran en casi el 40 por ciento en ese mismo periodo. El mercado de grandes buques de pasajeros es dinámico y, como todos los flujos turísticos, obedece a patrones que explican esas oscilaciones. Itinerarios, precios, servicios, demanda, promoción, infraestructura, atractivo y oferta comercial de las escalas, son numerosos los agentes y factores que intervienen en esas oscilaciones y que determinan esa contradictoria coincidencia entre dos Islas de parecidas características a efectos de análisis de este apreciado mercado. Ese descenso en las cifras de barcos contrasta, por otra parte, con unas encuestas de percepción de los pasajeros que tradicionalmente puntúan Maó con alto grado de satisfacción. Alguna razón se escapa y, como se viene insistiendo desde el ámbito empresarial, quizás haya que buscarla en la falta de adaptación portuaria a las exigencias de las nuevas esloras y a la evolución de un segmento turístico para el que las inversiones se han escatimado de forma reiterada.
Editorial
Cruceros, un mercado que se escapa