La iniciativa no era mala pero cualquiera diría que la ha mirado un tuerto. El Promobús nació envuelto en polémica- pocos proyectos consiguen provocar un cisma como el que rompió la Asociación Hotelera de Menorca a cuenta de su presentación- y cual famosillo de turno se resiste a abandonarla. El Consell cifró en 15.000 las visitas recibidas por el autobús promocional cuando en realidad fueron la mitad, según reconocía el conseller Lázaro Criado en un gesto prácticamente inédito- ¡un político reconociendo un error!-.
¿Qué necesidad había de equivocarse en este caso concreto? Nunca antes se había llevado a cabo esta actividad promocional en Menorca, no había posibilidad de comparación, no existía riesgo de tener que reconocer que había ido peor que la vez anterior. Más de uno hubiese dado por válida la visita de 7.000 personas en estos tiempos de internet, facebook, twitter y prisas. ¿Por qué decir que fueron el doble? ¿Por qué abonar la duda sobre cuántos de los balances que nos ofrecen reflejan datos reales y cuántos estimaciones?