No podía finalizar la historia del viaje real de Isabel II a la isla de Menorca aquel lejano 1860, "així per les bones". No me conformaba con la escueta noticia de que llegó, besando uno de los escalones de la angosta escalinata de los Griegos "i per avall Paco". Esto era lo único que se sabía, cuando en realidad no debió suceder, imposible, ya lo comenté, el sobrepeso de la soberana, no le permitía "fer gaires virgueries".
También he podido averiguar que no fueron dos las falúas, pero sí una la que la recibió la tarde de su llegada y que ahí está aparcada en el museo de Aranjuez, uno de los referentes para los menorquines que nos deberíamos poner vermells com tomàtics, al pensar que nosotros rodeados de mar por todas partes, no hemos logrado alcanzar aquel sueño que expuse ante el pueblo y sus autoridades, acompañada de un grupo de personas, tal vez más soñadoras que esta servidora, pidiendo… esto… un museo naval. Pronto se cumplirán 25 años y continuamos en las mismas. Lo único que me consuela es que me siento, quieran o no, la autora, la madre, hoy ya abuela de los Amigos del Mar, me acepten o no. Como dice mi apreciado director, Josep Bagur, siempre se puede acudir a las hemerotecas, comprobando quien fue el primero en dar la noticia, en este caso, de quien surge la idea, de guardar coses de la mar.
Volviendo con la reina, la gordi como cariñosamente la llamaban los castizos, mis amigos Antonio Riera y Ana Torrent, me recordaron una de las obras más fastuosas llevadas a cabo por el Orfeón Mahonés, el celebre, Viatge Real, aplaudí la idea de hablar de la misma y gracias a "Toni i Ana", me dispongo a finalizar el último episodio .
El sábado 25 de enero de 1986 a las 21.30 se inauguró la obra como homenaje póstumo a su autor, Federico Erdozain Pons. Opereta en verso en tres actos. El primero dividido en dos cuadros, música del maestro Deseado Mercadal.
Nuestro primer coliseo se llenó hasta la bandera, como decían los antiguos, los que acudían a gallinero para escuchar mucho mejor, las notas altas, las agudas y cuánto debían oír con su buen oído de melómanos. En el 1986 un público ávido de contemplar y aplaudir tanta fastuosidad, intrigados por el trabajo del fallecido autor que no podría acudir al liceo mahonés. Tras el telón los jóvenes artistas nerviosos, mis primos los hermanos Mari Carmen Maria y Paulino con su preciosa voz. Doménech con su frac y su buen hacer dando vida al alcalde mahonés el señor Sancho, Esperanza Pla, Lina Camps y Margarita Tudurí. Como decía el padre Macián, al cel sia, esperando que el resto de actores y cantantes sepan disculpar el que deje de nombrarlos, no por ello les resto mérito . Tots, lo que se diu tots dejaron el pabellón orfeonístico en lo más alto. Tan solo me queda recordar a Toñi Rivera, interpretando a Isabel II, papel que bordó a la perfección, hecho a su medida.
El foso con 30 profesores de orquesta. El coro del Orfeón Mahonés compuesto de 60 voces. El ballet de Ute Dahl dando vida al acto. La dirección escénica a cargo de Domènech Enrich y como decía más arriba, la dirección musical, la ejecutó el maestro Deseado Mercadal.
Toni i Ana, me recordaron que fue utilizado el mismo telón que pintó para tal ocasión Francisco Pons Alzina, estrenado cuando acudió la Reina al Principal. Recalcando que fue una obra muy cuidada, " tots els artistes anaven de 21 botó". Con mucha ilusión, por parte de todos, el vestuario, rigurosamente y tal cual los figurines de aquel momento, primorosamente realizado por un grupo de ingleses afincados en la Isla, que les encantaba mezclarse con ellos, ayudando, aportando ideas, de las que iban sobrados. Una vez más Ana, añade: "Guideta, va ser un lujo, una preciossitat, que mai més tornarem a veure". Y vuelvo a girar las páginas de su álbum, por orden con sus correspondientes nombres y fechas. Iba preciosa, su miriñaque, sus tirabuzones, bailando un landó…con un bailarín de excepción, su esposo actor, cantor" y cuanto uno pueda sospechar, encima del teatro la pareja dio y vivió días de gloria en bien de nuestra cultura.
También la obra sorprendió a muchos, quedando entre interrogantes el que Erdozain, republicano, ¿cómo fue posible, que con su tendencia política, de toda la vida, pudiera escribir de la realeza? La misma pregunta se la hicieron infinidad de conocidos al dedicar la poesía a la patrona de Menorca la virgen de Monte Toro. Los más próximos, los que más le conocieron, si es que verdaderamente se le llegó a conocer. Erdozain, como artista que fue, soy de la opinión que siempre llevó una careta posada. Añadían, que la dedicatoria estaba hecha a una mujer terrenal. Cosa que podria ben ser. Aún hoy tras el tiempo transcurrido, no se han olvidado sus aventuras al estilo tenorio. Siendo como era ateo, anticlerical, añadía "quan vaig pes carrer i veig una mosca negra (refiriéndose a un sacerdote) escup enterra i mir cap una altra banda. Y entre la charla de mi vecino, Erdozain, cosas del Orfeón, de actores y cantantes, la tarde transcurrió amena y muy entretenida, mis amigos me fueron hablando de estas cosas que jamás se desprenden de uno. Artistas tan valiosas y que tanto hicieron por el Orfeón. Margarita García, una auténtica señora, alma de aquel lugar. Columba Victory, y su montaje des Pastorells, donde Antonio Riera en 1963, se inició, de la mano de aquella Columba, auténtico portento . Continuó con la Viejecita . Mientras su esposa Ana Torrent, que conoció en el Orfeón de derrera Santa María, dos años después hacía lo propio en el 1965 en el Teatro Principal con la obra del maestro Deseado, Ses tres histories de Maó.
Poco a poco fueron integrándose, arrimando el hombro a los mayores y a la juventud que al igual que ellos, deseaban aprender de Bellot, de Juanita Tudurí, de Juanita barrancona, Doménech, Thomas, Gelabert, su aportación totalmente desinteresada, les llevó a convertirse en regidores, debutando con El Hostal de la Gloria.
Girando páginas una tras otras de una interminable colección de albumes, como decía más arriba, pasaron por todo cuanto un artista puede soñar. Obras de teatro, todas, zarzuelas también, en el coro de la ópera, actuando, cantando, bailando, papeles tristes, trágicos, cómicos, junto a sus hijos Isabel y Manuel, de niño Jesús en es Pastorells, enseñándoles a amar aquel Orfeón. Siempre juntos, muy unidos, cuidadores en todo momento. Ana excelente apuntadora, aún hoy cuando los amigos nos reunimos y tras finalizar la comida y tomado el café, cantamos, ella sin proponérselo, guiada por sus sentimientos, va señalando, entradas, letras, es encantadora. La admiro tanto y no voy a decir lo mismo de Antonio, ya que alguien podría decir me llevo por la rama familiar de la que me enorgullece, pertenecer a la misma que él, procedente del pueblecito ribereño, mi querido Fornells del alma, donde Toni nació, de donde puede hablar horas y más horas de su difícil infancia, que le honra. Del día que dejó su pueblo y sus cosas, estas cosas de infancia que tanto cuesta dejar y mucho menos olvidar. La subida al coche de punt de camino a Mahón, donde la familia se establecería intentando rehacer una nueva vida, un nuevo amanecer. No fue fácil, tal vez por ser tan difícil, Toni, ha llegado a la cúspide de todo cuanto deseó, repito de ahí mi gran admiración, cualquier ser humano podría y debería aprender de él. És un encant d'homo, com amic, com persona, com tot. Toni, t'estim i a tu també Ana".
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