Dicen que la historia será muy, muy dura con él. Y habrá sido sólo porque él se lo habrá buscado. Sólo él y sus obsesiones ideológicas ancladas en pensamientos residuales de los años treinta. Resquemor chapado a la antigua. Su acción de gobierno ha sido guiada por una especie de obsesión por ganar y/o reciclar algo que la historia sabe que se perdió y que se debe ya de superar (¿un radical de antiguo cuño? ¿un clon masculino de la Pasionaria?¿ un irreductible del puño en alto?).
Ha sido lamentable su notoria perseverancia por despertar fantasmas del pasado.
La insensatez (y la desinformación natural sobre la naturaleza de las cosas) ha guiado su actuación desde el poder.
El que fue llamado presidente por accidente ha conseguido destrozar la filosofía de la Transición democrática y ha vuelto a enfrentar y emponzoñar la idea de la convivencia de las dos Españas envenenando la unidad y la solidaridad entre todas sus regiones.
Efectivamente, desde su relativismo extremado y asfixiante, Rodríguez ha conseguido destrozar la idea de nación unitaria para cambiarlo por unas dosis de autonomismos independentistas que únicamente han conseguido "liarla" aún más si cabe. Ha encumbrado la insolidaridad entre los españoles.
Su apuesta permanente por apoyarse en esos nacionalismos más radicales ha supuesto forzar una debilitación constante del Estado en favor de los radicales periféricos que sólo han ayudado a la llamada "gobernabilidad de España" a cambio de vaciar de competencias su Gobierno en favor de sus intereses particulares.
Careciendo de conocimientos básicos suficientes (pretendían enseñarle economía "en dos tardes") ha liquidado, desde su aldeanismo conceptual, buena parte de la labor internacionalista realizada por sus antecesores Felipe González y José Mª Aznar.
Mientras esos antecesores habían logrado situar a nuestro país en los primeros lugares de la agenda internacional, él sólo ha conseguido reducir y ridiculizar el papel internacional de España auspiciando una rosácea y utópica Alianza de Civilizaciones que ahora incluso prostituye ayudando a bombardear a uno de los que le ayudaron a pretenderla. Maravilloso resultado para una amistad imposible. Aliándose con los dictadores izquierdistas más refinados y rechazados por todo el mundo civilizado sólo ha conseguido proyectar la peor imagen de España en el mundo.
Ha mostrado una escandalosa falta de previsión económica que ha abocado al país a una crisis histórica con cinco millones de españoles parados y sin perspectivas de poder encontrar trabajo. Sus dosis de pitonisa modernista se han mostrado letales para la realidad española. Suya es la responsabilidad de haber retardado la acción necesaria para enfrentarse a una realidad económica que ahora hace temblar la misma subsistencia de muchísimos hogares de España.
Entablando reiteradas negociaciones con los terroristas vascos ha traicionado sus constantes promesas de no hacerlo "nunca más". Su conocido "como sea" ha intentado conseguir la cordialidad con los etarras (con aquel auténtico cabrón que Rodríguez quiso finalmente tornarlo en un "hombre de paz").
Quienes le han adorado como su particular Profeta de la Modernidad, su Mesías privado, deberán de hacer examen de conciencia, deberán de reconocer su fracaso argumental sobre quien ha dejado el país hecho unos zorros. Esos son los mismos que, cuales moderna confederación de nuevos Brutos, ahora le han forzado a renunciar y ya se preparan para asestarle la última puñalada y repartirse el pastel de la empresa socialista.
Todos sus ministros son corresponsables de las tonterías que han cometido los gobiernos de Rodríguez. La catalana Chacón ha sido el enlace con el nacionalismo más radical al cual ha dado aliento y el exportavoz de los gobiernos de los GAL, y actualmente bajo la sospecha de colaboración con banda armada por el caso Faisán, un tal Rubalcaba denota su constante relación con los terroristas de la ETA. Ni uno ni otro serán sus sucesores. ¿Apuestas?. Sólo un Congreso extraordinario podrá resolver e intentar remendar lo que este tipo, ZP el presidente de las cejas circunflejas, ha retorcido hasta la extenuación de la sociedad española.
Entretanto sus "cooperadores necesarios" del Consell Insular callan mientras Menorca se hunde. Es la herencia del zapatero.