La apuesta por la innovación y el diseño sitúa la bisutería menorquina en la vanguardia de la calidad, ahora corresponde alcanzar el liderazgo de mercado, mejorar las estrategias de venta, según resume con tino el portavoz de SEBIME. La apertura de la feria en Palma ha llegado entre esas reflexiones y unas expectativas que anticipan buenos resultados, con más participación de fabricantes y con más visitas, lo que convierte el certamen en la gran referencia europea de este sector industrial. Esas sensaciones consolidan el discutido traslado a la capital balear promovido por los organizadores por razones de transporte.
Los datos de negocio avalan ese despunte de optimismo, el año pasado la bisutería española exportó un siete por ciento más, favorecida por la recuperación económica de algunos mercados europeos, una vía que aparece como oportunidad de salida a la producción de calidad. En esa misma línea figura también la opción china y el contexto asiático, que ha pasado de temido competidor hace apenas una década a percibirse ahora como una economía emergente con excelentes perspectivas desde el punto de vista del consumo. Ese parece el reto del futuro inmediato.