El Club Marítimo de Maó es el único de los 36 que existen en Balears que no cuenta con amarres. La situación que arrastra desde 2008 tiene varios efectos negativos. Para la propia entidad, cuyos recursos económicos han menguado y podrían poner en peligro su supervivencia si se prolonga esta carencia. Para los socios, por las dificultades para disponer de un amarre y los elevados precios que deben pagar. Para la actividad económica, ya que la ocupación de los puntos de atraque es muy inferior, es decir llegan menos yates que hace cuatro años y el puerto pierde movimiento económico. Para las regatas, puesto que sin amarres es imposible que se puedan organizar.
Autoridad Portuaria atraviesa un periodo de transición, acuciada por los procesos judiciales. Sin embargo, debe dar respuesta a las propuestas del Club Marítimo, como lo ha hecho de forma positiva con el servicio de suministro de combustible. La presunta irregularidad en la venta de unos amarres de la concesión a Trapsa podría representar un incumplimiento de las bases y, en consecuencia, la anulación de la adjudicación del Moll de Llevant. El Club Marítimo espera que las administraciones den prioridad al interés público de los proyectos portuarios.