Editorial

La asignatura pendiente de la doble insularidad

Air Nostrum, que opera las rutas interinsulares, y las otras compañías, no van a bajar precios por mucha presión social que reciban desde Menorca. Cambiar la Obligación de Servicio Público (OSP) actual por una concesión en monopolio no garantizaría nada ni representaría una expectativa de mejora. En España solo existe el caso de la ruta Almería-Sevilla y los precios no son precisamente económicos. Por otra parte, la OSP al establecer una tarifa única no ha servido para volar más barato ni para incrementar el volumen de viajeros. Para este resultado no hacían falta esas alforjas. Tampoco interesa que el presidente del Govern plantee la OSP con la Península como una fórmula de mejora. En sí misma no lo es. Por tanto, tal como reitera el informe de Air Nostrum presentado al conseller Luis Alejandre y a la Plataforma, la única opción para conseguir el objetivo es que la administración reconozca la doble insularidad y el coste que representa. Las islas menores tienen derecho a una compensación que iguale a sus ciudadanos con los residentes en Mallorca. El incremento del descuento de residente, con o sin establecer diferencias entre las islas menores y Mallorca, es una vía que realmente plantea expectativas de mejora. La respuesta debe ser, por tanto, política.

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