Este diario desvela hoy con detalle los 41 proyectos del Fons Menorquí de Cooperació que se desarrollan en países pobres y que pueden quedar interrumpidos por la falta de recursos económicos. De 1,4 millones que deben las administraciones al Fons, más de un millón de euros debía destinarse a estas actuaciones, de las que 22 están ya en marcha. Por ejemplo, la primera fase de construcción de viviendas en India. El Fons ya ha reducido su personal, de cinco a tres trabajadores, sin embargo lo que no conviene es cuestionar el sentido de su existencia. La ayuda a las personas de países pobres que luchan por mejorar su vida no es una cuestión superficial ni secundaria. Es verdad que nuestra realidad más próxima se ha complicado de forma muy alarmante, que crece y se prolonga el desempleo y que se reducen las ayudas públicas a todo tipo de colectivos y actividades. Aun así, la cooperación con los más pobres debe mantenerse, en la misma proporción de los últimos años, en que Menorca ha sido un ejemplo de solidaridad. Probablemente las administraciones habrán utilizado el dinero reservado a la cooperación para resolver urgencias locales. Es una dinámica que no se justifica, porque es de justicia responder a la llamada de los que menos tienen.
Editorial
La cooperación con los países pobres, de justicia