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Dietario

El retorno de dickens

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3-II-12
Gracias, gracias, gracias… Colegas, amigos, por haberme acompañado en la gélida noche de la presentación de mi opúsculo "Cartas a un joven oftalmólogo". A los compañeros de primera hora en la planta tercera del Virgen de Monte Toro, cuando aún no se había jodido el buen ambiente (por usar la terminología del nobel Vargas Llosa) y a tantos otros valientes que acudieron al Colegio de Médicos… Fue una noche mágica en la que renacieron viejos sentimientos aparentemente soterrados bajo las turbulencias de una época fea, hostil, incierta. De ella debería emerger la figura del médico como sinónimo de excelencia y compasión, solidaridad y coraje, un referente imprescindible para recuperar el pulso en estos tiempos convulsos.

4-II-12
Ante la magnitud de la catástrofe climática, salgo de casa únicamente para comprar baguette y periódico. Nuri, del súper de Son Vilar, parece un carámbano con bufanda, chica valiente; Miguel, de la Catalana espera que una victoria del Barça escampe boiras y el tombe la neige. Yo me siento en levitación tras la sinfonía de afectos de anoche en el Colegio de Médicos. Rescato un vinilo de Ray Coniff. Me sirvo un ribera. Aguardo el partidito de la Liga inglesa. Una película de Woody Allen o Charlot. Un e-mail del padre de Inés glosando el acto de anoche. Termino un librito del exquisito Paul Michon ¿Se acordará la nena de su avi? Tronya y Allen se niegan a salir al jardín, ni a empujones…

Siesta envuelto en mantas pese a la calefacción a tope (habrá que cambiar puertas y ventanas, más de treinta años han contemplado, demasiados), la televisión informa de la victoria de Rubalcaba en el congreso socialista. Bien, es un político articulado, culto y astuto. Chacón parece la protagonista de un spot de mercadotecnia, zapaterismo en estado puro. Pero lo que realmente importa es diseñar un programa socialdemócrata creíble que, a la manera del francés Hollande, sea capaz de hacer frente al neoliberalismo rampante. Cuestión de tiempo. Bastante tiempo, hasta que escampe la fascinación por la razón empresarial pura y dura.

5-II-12
Domingo de agua nieve y tímidos rayos de sol. Anuska me da la terrible noticia: no hay periódicos. Lo que faltaba para acrecentar la sensación / percepción de aislamiento. No, no es lo mismo, le digo al amigo cibernético. No es igual teclear que oler un periódico, pero a la fuerza ahorcan. Entro en El País y La Vanguardia, pero me distraigo con los iconos y no está todo lo que necesito. No es lo mismo, no es lo mismo…

6-II-12
Me entero en el confesionario de que la mayoría de presos del centro de detención proceden de la delincuencia generada en la isla, y que muchos presos menorquines de fuera se niegan a venir porque sus próximos creen que están en Tailandia. Otro mito tambaleante, el de nuestra proverbial paz y tranquilidad…

Otrosí: algunas empresas menorquinas de catering hacen su agosto con los jets privados, rusos muchos de ellos… Belcebú reina hoy día, pero Jehová abre alguna ventana.

7-II-12
Da la impresión de que algunas de las reformas que se están emprendiendo no sólo son correctas sino imprescindibles, la financiera, la laboral… Pero también parece que van a ser más duras de lo previsto y que por ello el Gobierno entretiene al personal con pirotecnia contrarreformista para consumo de seguidores de las tertulias de gatos mojados: que si el aborto, que si la píldora del día siguiente, que si la educación para la ciudadanía, que si bodas notariales, que si un toque mágico a la ley de costas y ale up, bodrios legalizados. Un frenesí para frenéticos profesionales…

8-II-12
En la prensa local, bienvenida al Círculo de Economía que impulsa el incombustible Paco Tutzó. La sociedad civil menorquina empieza a salir del rigor mortis, buena noticia.

En la prensa española hoy predomina la sanción a Contador, bueno la reacción nacionalista a la misma. Santiago y cierra España, qué se habrán creído, todos somos Contador, etcétera. Pero el clembuterol existe. Me cuesta creer que un organismo internacional se pase casi un par de años maquinando para ir contra España. También me inquieta que un periódico serio como Le Monde dedique un editorial al "problema español con el dopaje". ¿Y si nos lo hacemos mirar en lugar de clamar contra el francés?

9-II-12
Muy oportuno el año Dickens por aquello de crear atmósfera. Don Charles, que murió en 1870 pero parece no haberse ido por las descripciones que nos dejó de las ínfimas condiciones de trabajo de los obreros ingleses, y la desproporción entre su existencia y la de los ricos del país, observación que hoy resulta más sangrante que nunca. Se lo preguntaba anteayer Benjamín Prado en El País: "¿Acaso el dese­quilibrio entre las miserables casas de los proletarios que dibuja Dickens y las lujosas mansiones de los capitalistas no es comparable al que hay entre los salarios de los mileuristas y los sueldos astronómicos de los banqueros?" Y podríamos añadir: ¿hay una estampa más dickensiana que la de esos niños griegos desmayándose en las aulas por falta de alimentación?

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