16-II-12
Mi mujer llega a casa de una reunión y me habla de resiliencia, un concepto sacado de los manuales de psicología y que ha hecho fortuna en el management empresarial. Se trata, me dice mientras veo gesticular en la televisión al Gran Wyoming, de levantarse tras un fracaso, no aceptarlo y reinventarse, idear otro negocio y empezar de cero.
Está de moda esto de inventar, no en el sentido primigenio del ¡Eureka!, sino en algo más prosaico, como crear una jugada futbolística (¡lo que acaba de inventar Messi!, dicen los locutores henchidos de admiración) o una empresa imaginativa, mientras los inventores de verdad, es decir los científicos, emigran ante el sombrío panorama de recortes que se cierne sobre sus cabezas.
Pero volviendo a ese trending topic de la resiliencia: ¿es que acaso nuestros ancestros no eran expertos en ello?, ¿no empezaban una y otra vez aquí o en Argelia o en América?, ¿alguien más resiliente que nuestros viejos fundadores de fábricas de monederos de plata o de sumadoras? Yo mismo he sido un forzado resiliente cada vez que me han cambiado de arriba abajo las técnicas quirúrgicas…
17-II-12
Reacciones ¿contradictorias? del dietarista:
Me parece desmesurada la reacción hispana a las bromas de los guiñoles franceses sobre las propiedades hipercinéticas de la orina de Rafa Nadal. ¡Es una ofensa a nuestro honor! ¡Nos tienen envidia! La respuesta francesa vuelve a ser humorística: se ve al ministro Wert con una papelina en la nariz como si esnifara cocaína. Nos lo tenemos merecido por susceptibles y patrioteros. Recuerdo ahora los guiñoles británicos y la ginebra de la reina madre… En fin.
Mi radical incompetencia para entender ciertas formas del arte contemporáneo me lleva a coincidir (¡nada menos, lo que faltaba a mi senectescencia!) con la Fundación Francisco Franco en su rechazo a la muy realista figura del general metido en una caja de coca-cola. No le veo el arte por ningún lado. Ni siquiera la gracia, si pretende tenerla y mucho menos para la familia del difunto. Por mal que me caigan todos, que me caen. Será que estoy dejando atrás la adolescencia de la vejez para meterme de lleno en la procelosa etapa del ocaso. Y no me gusta que se escarnezca a los muertos. A ningún muerto.
18-II-12
Casa de citas:- "El juez es uno de los tres oficios que conllevan un plus de responsabilidad, por incidir de forma directa en la vida y destino de las personas, de manera que sus errores revisten especial gravedad. Estos oficios son el de curar, el de enseñar y el de juzgar…" (Juan J. López-Burniol en La Vanguardia)
Siempre lo he intuido así y por eso en un opúsculo médico recién publicado hago expresa referencia a la necesidad de buscar la excelencia y suscitar admiración por nuestro trabajo. Y es que vivimos una época de burda exaltación de la normalidad, del ciudadano de a pie, se utiliza el apelativo de "normal" cuando se quiere enaltecer a alguien, sin reparar en que estamos proclamando la uniformidad y la semejanza como máximas virtudes. En realidad estamos predicando la mediocridad.
19-II-12
Sinfonía de fútbol en el Nou Camp. Aunque ya no me interese demasiado la liga, el arte sigue apasionándome. Un lenitivo para un domingo de cielo gris y taranná brumoso.
Tampoco me interesa demasiado el basket pero sí lo suficiente para no apenarme demasiado por la derrota del Barça ante el Real: triunfa nuestro paisano Sergio, ¿Sergi? Llull, ese magnífico muchacho, y me alegro por él y por su familia.
21-II-12
Acierto pleno de Rajoy y otros jefes de gobierno en su carta a las autoridades europeas pidiendo medidas reactivadoras además de austeridad. Pero Merkozy no firma, that is the question.
Bienvenido el abandono de la rudeza por parte del PP en su tratamiento del problema político de ETA (Ministro del Interior dixit). Es la hora del seny y no de las vísceras.
22-II-12
Pintan bastos en Valencia. Las imágenes, declaraciones y aspavientos diversos (¡lo que llega a decir la brunete mediática!) me resultan familiares, me retrotraen a mi etapa universitaria en los años sesenta-setenta del pasado siglo, cuando llegué a examinarme con el aula llena de grises, subfusil en ristre. También entonces nos llamaban radicales e izquierdosos. Pero salvo excepciones éramos sólo estudiantes. Estudiantes cabreados, pero estudiantes que trataban y tratan de resistir ante los abusos del poder.
23-II-12
"Era serio y educado", "quería ser rico" dicen de Diego Torres sus compañeros del colegio mahonés en el reportaje de Es Diari. A lo mejor es serio y su presunta riqueza, legítima. Todavía no ha sido juzgado, como su famoso socio Urdangarín, aunque ambos hayan sido ya condenados por el tribunal popular de la maledicencia y la escandalera…