A pesar de las diez nominaciones y los cinco Oscar conseguidos, acudí a Ocimax, un tanto reticente, para ver "The Artíst", pues pensaba que en el año 2012, una película muda podía estar fuera de lugar. A los cinco minutos de proyección se disiparon todas mis dudas, estaba claro que iba a ver algo muy especial y cuando vi en la pantalla THE END y sentí dentro de mí la alegría de estar vivo, es que acababa de ver una auténtica obra maestra del cine. La película es un compendio de homenajes de su director Michel Hazanavidus al Hollywood clásico y dorado: Homenaje al cine mudo y al nacimiento del sonoro, homenaje a los productores que arriesgaban su dinero, en la figura del orondo fumador de puros, siempre echando humo por la boca, homenaje a aquella fotografía en blanco y negro de tintes expresionistas y homenaje también a tantos actores y actrices, a los que la llegada del sonoro, les supuso el final de su carrera cinematográfica.
El film es también una sucesión de secuencias antológicas: el encuentro de los protagonistas en las escaleras, por las que suben y bajan numerosas personas, la conversación, de noche y bajo una intensa lluvia, en la puerta de entrada al domicilio del actor, el encuentro de George con Peppy acompañada de dos jóvenes rubios, en la que vemos reflejada en el rostro de George su drama interior, al verse sustituido por esos jóvenes, el incendio del apartamento, con el maravilloso perro avisando a un policía y el inolvidable final, con el baile de la pareja y su abrazo postrero. Pero además es el retrato de una preciosa historia de amor y es el cine transformado en emoción, emoción que se desprende de la pantalla y se apodera del espíritu del espectador, que siente como las lágrimas intentan aflorar al exterior.
Se consigue el acabado perfecto con las grandes interpretaciones de Jean Dujardin y Berenice Bejo, que además nos deslumbra con su espléndida belleza.
Incuestionable obra de arte y para los amantes del cine clásico, del cine puro, The Artíst es la mejor noticia cinematográfica de los últimos 30 años.