Parece ser que en nuestros días vuelve a repetirse en Menorca un nuevo episodio de unas peripecias históricas que vienen sucediéndonos desde hace ya varios siglos. Me refiero a la emigración masiva. Efectivamente, nuestra isla (como cualquier tierra que, periódicamente, ha estado imposibilitada para sostener a sus habitantes) ha sido centro emisor de gran número de emigrantes a lo largo de su historia. Si bien, normalmente, la causa principal ha sido la búsqueda de una mejora económica, los menorquines también hemos sufrido otros tipos de emigración masiva por distintos motivos forzosos y/o forzados como fueron las deportaciones masivas producidas por los saqueos turcos de Mahón (1535) y Ciutadella (1558) y la emigración política de 1939.
Pero centrémonos ahora en las de los motivos laborales. Todos conocemos las causas que llevaron a la emigración de un numeroso grupo de menorquines hacia tierras norteamericanas en 1768 (Imprescindible leer el ya clásico de Philip D. Rasico "Els menorquins de La Florida: història, llengua i cultura" Publicacions de l' Abadia de Montserrat - 1987). Un importante número de menorquines (1.403, incluidos algunos extranjeros) fueron abducidos por las falsas promesas de un cretino y ambicioso escocés, el médico Andrew Turnbull, que prometiéndoles el oro y el moro les condujo hasta las costas de la Florida con la promesa de "un mundo feliz". Muchos fallecieron por las penosas condiciones del viaje y los que llegaron, después de sufrir enormes privaciones (el Almirante Farragut, de origen menorquín, las explica en buena medida), fundaron el asentamiento de "New Smyrna" aunque los supervivientes (no más de 300 personas) después de poco más de seis años se mudaron (huyeron) a San Agustín.
Fernando Rubió aseguraba que aquellos menorquines, que al llegar a las costas americanas pasaron de ser británicos (por provenir de la Menorca Británica) a volver a ser españoles (La Florida estaba en manos españolas), fueron la mayor colonia de blancos que llegaron a América, superior a la de los holandeses ("pilgrims") del "My Flower", fundadores de Manhattan (Nueva York).
Las emigraciones hacia Argelia del siglo XIX también han marcado la historia de nuestra isla. En 1830 los Borbones franceses habían conquistado aquella tierra norteafricana y Menorca era parada obligada para los barcos franceses. Varias fueron las causas de esa emigración. Las restricciones económicas (prohibición del comercio de cereales (1820), etc) que padecía la isla justificaron que muchos miles de isleños emigraran a Argelia. Otra, y no menos importante, fueron las levas obligadas (que forzaban a un servicio militar de siete años) y que decidieron a muchos jóvenes a huir a Argel. No hay acuerdo sobre el número de emigrantes menorquines. Mientras Riudavets asegura que entre 1830 y 1836 salieron de la isla 9.386 personas, el Arxiduc habla de 9.400 y el Consulado francés en Argel afirmaba en 1888 que había 20.000 personas originarias de nuestra isla.
A principios del siglo XX numerosos menorquines también emigraron a América del Sur (algunos regresaron y otros se quedaron allí), mientras que ya en los cercanos años sesenta del pasado siglo otros tantos menorquines lo hicieron a países del centro de Europa.
¿Y ahora, en 2012? Pues que la isla vuelve a ser centro emisor de emigrantes. Hay muchos menorquines que, emigrantes al fin, no pueden labrarse un futuro en su propia tierra y tienen que salir a buscarse su sustento. La gran crisis que padece Menorca, la isla que presenta peores datos económicos de todo el archipiélago balear, ha hecho reencontrarnos con nuestros propios fantasmas del pasado. Choca que ante la situación económica que sufrimos (y que lamentablemente se irá agravando con el paso de los meses), los conocidos catecúmenos de siempre, sigan abogando por una Menorca restrictiva y cerrada. El primer animal a preserva en su hábitat natural en Menorca es el hombre menorquín.
Notas
- Patética la foto de "quatre xixerbeus enganats" entregando al Ayuntamiento de Mahó-Mahón unas firmas no identificadas. Intenciones neocolonialistas en estado puro. Mejor que esos chicos se cuiden su acné.
- El PSM "Manco" per Menorca (i més per Catalunya) intenta agitar el ambiente con una nueva campaña provocadora exhibiendo banderas de otra comunidad autónoma española. No utilizan la bandera de Menorca porque no aman nuestra modalidad lingüística. Más colonialismo.
- Una pena que el Parlament Balear no permita comenzar la reactivación económica de la Isla hasta después del verano. Meses perdidos significa más empresas cerradas aunque también más alegría para los amantes del "paro total".