Barbacoa en la piscina o junto al mar. ¡Qué demoníacamente largas son las dos horas que pasan entre que el niño se acaba el helado y se puede meter en la piscina! Tienen calor, claro, y no hay quien los aguante. "Me puedo meter, ya". La negativa del padre o madre se fundamenta en el temor al corte de digestión, conocido científicamente como síndrome de hidrocución, provocado por el contraste entre la temperatura del cuerpo (alta) y la del agua (más baja). El hecho de estar con la barriga llena incrementa la posibilidad de que el corte se produzca, especialmente en los niños. No obstante, no estaría de más extremar también las precauciones en el caso de los adultos. La Liga de Fútbol Profesional alega que el calor le ha llevado a programar partidos de fútbol a las 23 horas. Pues los telediarios tendrían que hacer algo parecido. O se emiten sobre las 12 del mediodía, antes de comer, o se esperan a las cinco, más o menos, unas dos horas después de que nos hayamos ventilado los entrantes, las chuletas, la sandía y el cornet. No vaya a ser que con lo calientes que estamos todos ya con lo de la crisis y los recortes se nos recorte también la digestión al sumergirnos, a las tres, en plena canícula y a través de la TDT, en las cada vez más frías aguas del Banco Central Europeo, la prima de riesgo, los mercados secundarios, los bonos y el famoso segundo rescate, que ya le digo yo que nada bueno traerá.
El apunte
Verano (IV): Dos horas
Pep Mir |