Posiblemente en estos durísimos tiempos para el empleo, sea para su vergüenza la Administración pública, tanto municipal, autonómica o estatal, la que más trabajadores está mandando a las listas del INEM.
Es una paradoja, un sarcasmo, un contrasentido de un mal tragarse, que quienes desde su mensaje cada vez más difícil de creer, estén diciendo que trabajan para crear empleo, y resulten ser los que más lo están destruyendo. Es como el padre que le dice a su hijo que no fume mientras él enciende un cigarrillo con la colilla del otro.
En Castilla la Mancha, autonomía de la que está al frente Dolores Cospedal, van a reducir 670 puestos de trabajo, que se dice pronto. Claro, no me extraña en una mujer, la Cospedal, que el tiempo le da tiempo para ser la presidenta autonómica de una autonomía y además la secretaria general del PP a nivel nacional. Cualquiera de ambos puestos me da a mí la sensación que sea suficientemente exigente y absorbente para no quedar ningún tiempo libre. Claro que hay personas a las que les gusta "ser el perejil de todas las salsas".
Fíjense en lo que ahora dicen para justificar mandar a las listas del paro a 670 trabajadores en Castilla la Mancha, que los que se quedan, afirman, serán más efectivos y eficientes. ¡Bien!, ¡bravo!, ¡claro que sí! Lo que me pregunto es por qué entre ustedes, señoras y señores políticos, no se aplican el cuento y se van, por ejemplo, la mitad a sus casas, ya que así los que se quedasen podrían poner en práctica, que buena falta les hace, lo de ser también más efectivos y eficientes.
A propósito, ¿saben que somos el país de Europa con más políticos? Y además, aquí, para desgracia de la ciudadanía, se han mostrado en no pocos casos como verdaderos manirrotos, gastando el dinero del contribuyente a manos llenas. Y en eso se han esforzado tanto, que han conseguido dejar las arcas públicas exhaustas, cuando no endeudadas hasta las orejas. Y por si todo fuera poco, ahora se están convirtiendo en los líderes de la destrucción de puestos de trabajo. Ya les dije hace unos años en estas mismas páginas, que estas plantillas que ustedes estaban inflando, un día les tocaría desinflarlas. Sin embrago continúan con el mismo número de políticos, porque para el político los que sobran son los demás.
¿Cómo pueden en estos tiempos seguir manteniendo un Senado del que ya debieron de haberse desprendido?
Tengan el valor de reducir tanto número de político. Ahora está no solo justificado, sino que ha pasado a ser una exigencia pública que el pueblo comprendería y sin duda agradecería.