José Ramón Bauzá, como presidente del Govern, ha compartido numerosos actos de la fiesta de Sant Antoni, en una presencia positiva, que ha de haber servido para que descubra los elementos que forman la personalidad del pueblo menorquín. Ha de haber percibido el sentimiento propio que durante décadas se ha mantenido vivo. Son numerosos los actos en que las ideologías se aparcan y se comparten las expresiones culturales, festivas y las tradiciones. Porque sigue siendo mucho más importante lo que nos une que lo que nos separa, aunque a veces se alimente lo segundo. Y lo que nos une ahora es la necesidad de dar respuesta a tantas preguntas que como pueblo tenemos planteadas. El alcalde de Ciutadella apeló a la unidad en su discurso y puso el acento en la responsabilidad del Govern, que ha de dar un trato específico y diferenciado a Menorca, en función de sus propias necesidades y problemáticas. José María de Sintas transmite una actitud positiva de defensa de los intereses locales ante otras administraciones para que respondan. Quizás podría ser el germen de una unidad política de las instituciones menorquinas para plantear al Govern de una forma oficial la exigencia de un plan de crecimiento concreto para esta Isla.
Editorial
Una clara petición al presidente del Govern