Periódicamente la amenaza de que el Gobierno central rebaje el descuento que se aplica a la mayoría de los residentes en las Islas para viajar al continente aparece y pende como la espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Y también es habitual que el peligro se conjure mediante explicaciones de los políticos locales, tranquilizando a una ciudadanía inquieta, cansada de recortes en las frecuencias, prisionera de los caprichos del mercado aéreo, dependiente de las conexiones y que planifica parte de su vida de acuerdo con los horarios de los vuelos. Pues bien, la luz de alarma ha vuelto a saltar y ya son muchas las ocasiones, en los últimos meses, en las que se repite que el descuento del 50 por ciento tiene los días contados. Cuando el río suena....
Y es que el Govern anunció ayer que "en el peor de los escenarios" el descuento se quedará entre 70 y 100 euros por trayecto para las rutas con Madrid o Barcelona, pero que el Ejecutivo defenderá la rebaja porcentual como hasta ahora. Es decir, que la previsión del Ministerio de posibles cambios es real y está sobre la mesa.
Nos habíamos creído que la referencia a la disponibilidad presupuestaria, en las cuentas del Estado de 2013, era algo resuelto, que el compromiso con los isleños era real, y que la bonificación era inamovible. Ahora el debate se reabre, y a nadie se le escapa que si se fija una cantidad como descuento, en lugar de un porcentaje sobre la tarifa, se evitará que las compañías abusen con los precios pero quien acabará pagando los platos rotos será el viajero de Balears.