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Nuevas voces para París y Mahón

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Este miércoles santo la torre de la iglesia de Santa María se ha cubierto de un tejido especial, no han sido las brumas matinales ni un guiño a las veladuras de algunos pasos de la Semana Santa. Han comenzado las labores de restauración del cuerpo de campanas en la torre del principal templo de la ciudad.

En efecto, en la misma Semana Santa en la que la impresionante nueva sonería de campanas de la Catedral de Notre Dame anunciaba en París las vísperas del Domingo de Ramos ante miles de asombrados ciudadanos que abarrotaban la Îlle de la Cité, la torre de Mahón se prepara como lo han hecho las de la gran catedral francesa para recibir sus nuevos instrumentos. Donadas hace cuatro años por el matrimonio alemán Scollar-Herrnbrodt y con otras aportaciones de Menorca las campanas se preparan para ser colocadas.

En París, el 850 aniversario de la colocación de la primera piedra de Notre-Dame ha motivado que numerosos particulares hayan colaborado y financiado la restitución al templo de su voz perdida desde la Revolución francesa. En efecto, salvo la gran Emmanuel, uno de los vasos sonoros más famosos y valiosos del mundo, el resto de las campanas históricas del emblemático monumento fueron arrojadas desde lo alto de las torres, rotas y usadas para fundir cañones. Los revolucionarios bajaron de la torre sur pero respetaron la gran campana de 13 toneladas, pensando en usarla como señal de alarma y dubitativos de destruir un instrumento sin igual. Napoleón se encargo de devolverla intacta a la torre. La conservación de las medidas y pesos, así como de los perfiles y del patrón de las campanas perdidas han permitido reconstruir las notas y afinaciones del antiguo conjunto. Los fundidores Conille Havard y Royal Eijsbout han sido los encargados de fundir las nueve campanas que desde el sábado acompañan a Emmanuel en el cielo de París. El resultado es una de las más grandiosas y sobrecogedoras melodías que se hayan podido lograr, por la perfecta armonización del conjunto y por la calidad del mismo. A mí no me resultó sorprendente. El conjunto fue diseñado por el recientemente fallecido canónigo de la catedral de Estrasburgo Regis Singer. El padre Singer era probablemente el campanólogo más reputado de nuestro tiempo. Su mente pudo trazar el nuevo proyecto a partir de la maravillosa Emmanuel como bourdon grave en una escala ascendente de 36.000 kg de bronce refulgente que resonó en sus oídos hasta su muerte el año pasado, la cual le privó de comprobar el resultado cuando el producto de su talento e imaginación fue lanzado grácilmente al vuelo en las torres de Quasimodo. No decepcionó a nadie.

Anteriormente Singer reordenó la sonería de su catedral en Estrasburgo acorde a su campana mayor y recomendó fundir campanas especialmente diseñadas por él. Una de ellas contó con el asesoramiento de otro gigante de la campanología, el hermano Michael, reputado fundidor de campanas de la abadía de Maria Laach en Alemania. El conjunto es considerado como el mejor de Europa.

Pues bien hay varios vínculos de estos lugares y personajes con Mahón. Las ocho nuevas campanas de Santa María son uno de los diseños más cuidadosamente pensados del monje benedictino Michael Reuter. Cuando se solicitó mi opinión sobre la colocación óptima de las mismas sugerí una modificación de la tradicional al uso en muchas de nuestras iglesias. Propuse una estructura de madera exenta en el interior. Tras cuidadosos cálculos se está fabricando en Estrasburgo. En efecto, la torre de Santa María será limpiada y verá sustituidos algunos aplacados de marés que las anteriores campanas, de calidad mediocre y embutidas directamente en el muro habían roto. Una vez libre de las antiguas campanas, herrajes y demás instalaciones dañinas, el octógono albergará una estructura de madera que, siguiendo sus trazas pero sin contactar con la fábrica, soportará las ocho nuevas campanas. Esta es una solución muy original en España pero de larga tradición en el resto de Europa. Si bien estará adaptada a las necesidades peculiares de nuestro conjunto. De este modo la flexibilidad de la madera absorberá las vibraciones, protegiendo a la torre, incrementará la musicalidad de la octava de campanas y las resguardará en el interior de los elementos atmosféricos. El conjunto será dotado de la última y más avanzada tecnología como nuevos motores sin transmisión activados por pulsos electromagnéticos. La fundición de una nueva campana es un hecho poco habitual, la creación de una sonería completa es un evento excepcional que ocurre una vez cada muchos siglos.

Más de 200 años después las nuevas Marie, Gabriel, Ana Geneviève, Denis, Marciel, Ètienne, Benoît Joseph, Maurice y Jean Marie junto con Emmanuel lanzaron sus voces de bronce al cielo de Francia como inmortalizó y soñó Victor Hugo. Dentro de unos meses en Mahón , María, Juan, José, Marta, Antonio, Pedro, Miguel y Benedicto cantarán con su bronce alemán dando gracias por la acogida que hace casi 100 años los menorquines ofrecieron a un navío mercante refugiado de la primera Guerra Mundial.

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