Dónde tiene uno que apuntarse para hacerse infanto, Urdangarín, Bárcenas? Amigo lector, de un tiempo a esta parte, alguien nos ha venido engañando con el cuento del Karma y de que si eres legal con la vida ésta lo será contigo y demás milongas chinas que solamente satisfacen al tontorrón que se las cree. 'This is Spain', el mayor circo del planeta al aire libre, donde en lugar de payasos tenemos chorizos y nos sobran las sanguijuelas públicas por doquier. Andará la Unión Europea endureciendo las medidas en los recortes para no soltarnos un cachete público en el culo cuando el problema real lo tenemos en High Definition y cada cierto tiempo se aparece en una televisión cual Teleñeco ante un puñado de periodistas que quieren preguntar lo que el 'sharlatán' de turno gallego no sabe ni puede contestar.
En realidad no debería culparlos, tenemos lo que nos merecemos. Nos escandalizamos porque el erario público parece una bolsa de caramelos en la puerta de un colegio cuando el españolito es tramposo y pillo por naturaleza. Em-palma-do o no. Te recomiendo que relajes las expectativas, nada de lo que has visto llega a una mínima parte de la miseria que esconde este país 'en negro', por lo 'bajini', en plan finiquito 'simulado'.
Acostumbraban a decir que el capitán del barco debía dar ejemplo, ejercer como líder a las duras y las maduras. Que en caso de naufragio debía compartir destino con la embarcación. Ahora, nuestro presidente se escuda en ruedas de prensa sin preguntas, en las que se emiten discursos tan limados, cuidados y tratados que hasta un tonto de capirote puede leerlos. Y no solo eso, sino que lo hace desde detrás de una pantalla de plasma donde nada se oye ni se huele. Desde donde el problema, sencillamente, parece de otro. No quería creerlo pero todo jarro de paciencia tiene un límite y el mío, al igual que el de millones de españoles, se ha rebasado.
No quiero que la justicia se muestre compasiva con nadie porque se apellide Bárcenas, Urdangarín o Borbón. 'La justicia debe ser igual para todos', soltaba hace unos meses un campechano 'Real'. Pues aplíquese el cuento. Y basta ya de chuminadas que no hacen más que desviar la atención de un ciudadano de a pié que debe recordar que hay más de cinco millones de españoles en el paro.
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