Como es bien sabido acaba de celebrarse con éxito, por cierto en una sede muy apropiada de Mercadal, la 5ª edición Innovem que organiza Joves Empresaris de Menorca; con alto poder de convocatoria. En una línea ascendente, este año acudieron medio millar de participantes, que a los menorquines se unen jóvenes empresarios de Mallorca, especialmente, así como de Cataluña, otros lugares de España, incluso extranjeros. Es notable la relación institucional práctica de esta organización con nuevos modelos empresariales rompedores, establecidos en lugares emblemáticos de California como el Valle de Santa Clara y el condado de San Francisco. "Sillicon Valley" es la cuna mundial de nuevos empresarios. Sede de empresas como Nokia, Google, Hewlett-Packard y de algunas que figuran en Forbes 500, contando con la cercanía de la universidad de Berkeley y de la de Stanford, allí dentro enmarcada.
En este mundo invadido por la depresión económica, de estafas bancarias, en una aparente pérdida generalizada de valores y de estabilidad institucional, resulta estimulante la inyección de aire fresco esperanzador que estas jornadas insuflan sobre la realidad actual, en concreto de Menorca. Estas reuniones creativas, de debates, ponencias y escaparate de proyectos, llenas de tino empresarial, proporcionan nuevos contenidos e innovaciones comunicativas al servicio de proporcionar, con gran ilusión y vitalidad, nuevos horizontes que sin duda crean y generarán en progresión multiplicadora los elementos adecuados que tiren de un nuevo orden económico internacional, fundado en firmes realidades empresariales para un mundo completamente nuevo. Éstas además de dar trabajo y rentas necesarias a sus impulsores, ilusionan con resonancias de cooperación. Este espíritu cooperador es un valor desbordante en Innovem y en sus correspondientes "alma mater" como son Joan Sánchez, Carmen Crespo y tantos otros amigos "joves empresaris" menorquines. Miran hacia adelante, haciendo camino al andar, conforme alumbra Machado.
Durante estos dos días he apreciado el valioso talento de sus protagonistas. Saben lo que es una empresa y a lo que se enfrentan. Están motivados con espíritu de superación y de seguridad en sus cometidos. Se desenvuelven con naturalidad y desenfado, con simpatía. Comunican bien, manejan a la perfección los nuevos medios que proporcionan las nuevas tecnologías, que continuarán constituyendo el agrupamiento sectorial innovador de la recuperación económica. Suplen efectivamente con imaginación e inteligencia las carencias financieras, enfatizando la creatividad innovadora en el éxito empresarial. Sencillos en sus formas, pero efectivos y convincentes de modo contundente. Llegan y llegarán lejos. Tienen visión universal, conforme los tiempos. Respetan a los demás y al medio ambiente. Calculan y saben apoyarse mutuamente. No tienen fronteras sociales, culturales, ni geográficas. Son ciudadanos del mundo y sus escalas son de progreso. Convencen y marcan la senda a seguir a los de su generación.
Esta filosofía empresarial desafortunadamente no viene recompensada con recursos endógenos al sistema económico en la eurozona, que persiste de modo equivocado y con gran egoísmo de sus dirigentes en perpetuar recortes diversos a los ciudadanos de los países periféricos, produciendo en estos un desmoronamiento de las clases medias y destrozos en su frágil estado del bienestar. Todo ello choca y contrasta terriblemente al observar el gran distanciamiento de los viejos políticos ultraconservadores respecto a la realidad de la juventud de hoy en día, plasmada en el impecable espejo de Innovem, juventud a la que aquellos, de hecho, desconocen o tratan con desdén. Lo peor es que en España se selló esta errónea política, reformando puntualmente la Constitución, dando prioridad a los intereses financieros sobre los servicios sociales sin contar directamente con los ciudadanos. Y por intereses extranjeros manipuladores. Además, como he señalado aquí en otras ocasiones, sí hay alternativas.
Esperemos que la onda creativa y redentora de Innovem siga expandiéndose entre las nuevas generaciones. Considero oportuno significar que Sillicon Valley recibe un tercio del total de la inversión de capital de riesgo de Estados Unidos. Sería estupendo que en la eurozona fuera cundiendo el ejemplo. Confío que estas innovaciones crecientes de los jóvenes, que inspira Innovem tirarán de recursos para nuevas inversiones, donde radica el crecimiento de la renta y del empleo.