La comisión de Pesca ha provocado la tensión que era previsible desde que se constituyó. Los consellers del PSOE y el PSM han abandonado la reunión después de que los miembros del equipo de gobierno hayan puesto sobre la mesa 32 expedientes de la época de Tuni Allès relativos a denuncias de inspectores de pesca y del SEPRONA que no se tramitaron. La comisión se creó a raíz de la polémica por la posible incompatibilidad del conseller Fernando Villalonga y para revisar la gestión de pesca desde 2003. Pero existen dudas sobre la necesidad y conveniencia de esta comisión. La cuestión de la incompatibilidad se resolverá con el informe del Consell Consultiu. Poco tiene que decir la comisión, después de un debate político que ya se ha producido. Sobre los expedientes anteriores de denuncias que no se tramitaron tampoco tiene sentido el debate en una comisión. Basta que el equipo de gobierno, si sospecha que se han cometido irregularidades, lo ponga en manos de quien corresponda, de la Justicia si hace falta. La oposición se resiste a que se trate del contenido de estos expedientes en esta comisión, lo que es una actitud poco responsable y menos transparente. Para determinar la incompatibilidad del conseller y las posibles irregularidades de Allès no hacía falta una comisión.
Editorial
La comisión de Pesca navega sin rumbo