En la primavera del 2009 recibí una llamada de Paco Pimentel a la sazón número 4 en el escalafón del poder nacional de UPyD (a saber: Rosa Díez, Martínez Gorriarán, J.L. Fabo y el citado). En aquel tiempo yo, que había sido el Coordinador fundador del partido en Menorca, formaba parte de la dirección regional de UPyD-Baleares y mantenía buenas relaciones con la cúpula nacional (y hacía poco tiempo que, precisamente, había acompañado en el sentimiento a Pimentel por el repentino fallecimiento de su madre).
La razón de su llamada fue para pedirme opinión y colaboración sobre un posible acercamiento de UPyD a Ciutadans dado que, sabía, que yo mantenía amistad con algunos de los fundadores del partido catalán.
Le agradecí su deferencia pero le confesé que no creía ser la persona adecuada para tal menester. Además, yo conocía perfectamente que el núcleo duro de UPyD estaba impregnado del carácter vasco de sus dirigentes principales (con sus pros y sus contras) y sabía que tenían muy claro que no deseaban alinearse / asociarse con otros grupos políticos.
Se consideran un partido de ámbito nacional y no querían, al menos hasta entonces, ni franquicias regionales ni marcas blancas para no quedar expuestos, por ejemplo, a los mismos problemas que actualmente tiene el PSOE en su relación con el PSC. No se trataba por tanto de una guerra de egos sino de concepción de partido.
A pesar de ello, en varias reunidas habidas en Madrid (y en la ponencia política del I Congreso nacional del partido de la que formé parte) siempre les dije que algún día sería imprescindible algún tipo de colaboración con Ciutadans ya que los dos partidos tienen una ideología casi siamesa.
Ha pasado el tiempo. Antes de las pasadas elecciones regionales y locales dimití de todos los cargos y dejé UPyD por un triste incumplimiento de palabra dada y, como otros, me reintegré a Ciudadanos de Menorca, mi partido original.
HA PASADO MÁS TIEMPO y los dos partidos, UPyD y Ciudatans se han consolidado. Por una parte UPyD tienen posibilidades de convertirse (según muchas encuestas) en el tercer partido de España mientras que Ciutadans-Ciudadanos también parece tender a ser el tercer partido de Cataluña superando incluso a los desnortados socialistas del PSC.
Los esfuerzos para asentar a UPyD en Cataluña se han resuelto hasta ahora con un sonoro fracaso, mientras que Ciutadans también probó (en 2008) con escasa fortuna su salto a la política nacional. Pero las cosas se mueven. Para dentro de pocas fechas se anuncia la presentación de un nuevo partido a nivel nacional (Movimiento Ciudadano) que, basado en la matriz del partido catalán, ilusione de nuevo a grandes sectores de electores que se sienten defraudados / traicionados tanto por el PP como por el PSOE.
Este nuevo partido, que tal y como se anunciará en su día tendrá repercusión también en Menorca, debe devolver la ilusión a unos electores desencantados por la sumisión de populares y socialistas ante los planteamiento políticamente correctos que tanto han dañado a la democracia en nuestro país.
Quizás, y ahora sí, pronto llegue el momento en que, a nivel nacional, se reúnan UPyD y este nuevo Movimiento Ciudadano para sentar las bases de una relación imprescindible para ofrecer una alternativa renovadora y de ilusión a la democracia española. Están condenados a entenerse.