Me sorprende que la ciudad se llene del croar de las ranas. Y que algunos almendros ya estén en flor. Me sorprende que anteayer era domingo y ya estamos a miércoles. Me sorprende el tiempo. Un tema manido y recurrente cuando no sabes de qué hablar. Nunca te da ni el menor respiro. Y me sorprenden las civilizaciones y las culturas que a lo largo de los años hemos pasado y seguimos pasando por el mismo aire, por el mismo sol, por la misma luna, por la misma tierra, y hemos sido bañados por la misma agua. Me sorprende que allí tengan menos que aquí, en cualquier parte del mundo, en mi ciudad. Me sorprende que el presentador de un informativo con el mismo rictus lea una información macabra y después pase a carnavales venecianos. Me sorprende que ayer teníamos una economía estable y ahora las clases medias buscan los euros bajo las piedras para malvivir. Me sorprende que el producto de un supermercado sea mcucho más caro que otro super. Me sorprende que los abetos estén condenados a muerte después de cada Navidad, y que el árbol superviviente que tengo enfrente me vaya diciendo por que estación del año vamos. Me sorprenden los estados de ánimos del ser: hora triste hora alegre. Me sorprende que cada cerebro tenga ideas y sueños tan diferentes. Me sorprende el corazón, la felicidad y el amor, lo que sientes o dejas de sentir. Me sorprende la fatalidad de caerse y la capacidad de levantarse. Me sorprende que los animales se comuniquen con los amos. Me sorprende dormir y después abrir los ojos. Me sorprende la evolución del cuerpo humano de célula a bebé y crecer cada día. Me sorprende la muerte y la vida. Me sorprende el dolor. Me sorprenden los avances. Me sorprende que haya un solo planeta con vida terrícola. Me sorprende aprender, y me sorprende olvidar. Me sorprende querer saber. Y me sorprende la ignorancia. Me sorprende que me guste o me disguste una comida. Me sorprende que un bebé se suelte de la mano del adulto y decida andar. Me sorprende estar sorprendida. Pero desde luego que vale la pena pararse un momento y dejarse sorprender. Cada día.
www.ariadnaserna.com