Adolfo Suárez, el constructor de la democracia nos ha dejado a los 81 años. El periodista Jesus del Pozo, tertuliano invitado la tarde del 23 de marzo en Antena3, el mismo día que falleció Suárez, declaraba que «es un día muy triste por la marcha del presidente de la transición» y añadía: «Día triste para la democracia, constitución, monarquía,... porque todas ellas flaquean, tambalean». Espero que se equivoque porque entonces Adolfo Suárez no habría conseguido nada, ni los españoles, cuando en tan solo 30 años España ha avanzado con grandes zancadas. Si, ahora inmersos en la crisis y el paro, tras tanto despilfarro, en lo que se ha dadio por llamar la sociedad del bienestar, tras tantas irresponsabilidades de quienes ostentan el poder. Destaca la lucha personal de Suárez, un hombre que amó su profesión: la política. Y a sus mujeres: Amparo Illana, su esposa, y Mariam, su hija mayor. Que se preocupó por ellas en su enfermedad de cáncer mientras a él le sorprendía el alzheimer que no le abandonó hasta su despedida vital. Hace 11 años que se le diagnosticó, otros apuntan, como Abel Hernández autor de «Suárez y el Rey», que hace 20 años. La cuestión es que se ha ido sin recordar y sin saber quién era el Rey, que un día fue a verle a su casa y lo primero que le dijo «no vendrás a pedirme dinero» y lo último que le dijo cuando se fue el monarca a su hijo Adolfo Suárez Illana «¿quién era ese señor?». Juan Carlos I, el hombre que le dio la oportunidad de gobernar un país después de la muerte de Franco. Adolfo Suárez padre de 5 hijos y padre de la democracia se ha ido apagando en la habitación de una clínica rodeado de sus hijos y nietos. Y de sus ciudadanos informados de su despedida 48 horas antes. Hacemos memoria de un hombre que hizo historia. Y se fue sin saberlo. Una vida de sonrisas y lágrimas. Político, hombre de Estado, abulense, se le apodaba el chuleton de Ávila, y ahora será recordado por todos en el aeropuerto Barajas Adolfo Suárez, Madrid. El hombre del 78 que quiso ser presidente y así lo manifestó con valentía el 23-F a un guardia civil: «Cuádrese que soy el presidente de Gobierno».