Hace veinte años, Maite Salord Ripoll empezó a escribir una novela que, tras navegar por derroteros y mares desconocidos, esta tarde atraca en Ciutadella, donde será presentada por el historiador David Ginard, el filólogo y poeta Joan F. López Casasnovas, y su hermana Fina, coordinadora científica del Institut Menorquí d'Estudis.
Fue la madre de la autora, quien, antes de fallecer, le encargó esta obra. Titulada L'alè de les cendres, y editada por Arrela, ha abierto y cerrado el proceso personal de aprendizaje de Maite Salord como escritora.
Durante estos cuatro lustros, cuántas veces habrá recordado aquella petición de la madre, cómo acometer y desarrollar la trama, y de qué manera tenía que dar la voz, los matices y los gestos adecuados a cada protagonista. El resultado final se ha visto precedido por I com el somni, tot (1998), Com una nina russa (2002) y La mort de l'ànima (2007). Según Laura Bañón, es una novela que impresiona porque recrea la historia de los vencidos en la guerra civil.
Aquel enfrentamiento incívico y traumático en el que perdieron todos; unos más al principio, durante el verano de 1936, y otros, después de febrero de 1939, con una larga y dolorosa postguerra. Venimos de un largo silencio, con tantas historias, hechos y personajes que vivieron la contienda, y siempre el mismo resultado de familias y trayectorias truncadas para siempre. Heridas que aún duelen. Maite Salord, que cuando escribe incluye las preguntas necesarias, combina realidad y ficción en una fórmula alquímica donde hallamos los diálogos imposibles, pero recuperados por la literatura, entre la protagonista fallecida y el sepulturero que la enterró, hoy el lector. Esta mujer nos explica la vida desde su propia muerte. La autora ha cumplido hoy, veinte años después, el encargo que recibió de su madre. No era fácil.