Aparte de perder las elecciones en Andalucía, algunos del PP habrán perdido una buena cantidad de puestos de trabajo, de esos trabajos emanados de las urnas. Entre otras cosas, eso es también lo que temen en las elecciones municipales y autonómicas muchos políticos del PP que saben que su puesto de trabajo, su sillón, su despacho, su sueldo y todo lo inherente al puesto que ahora ocupan, se les puede volatizar por entre la rendija de las urnas, donde el voto es lo que decide. Los que les gusta la historia habrán leído lo que pasó aquí aquella vez que España se acostó monárquica y se levantó republicana. Y si me archivo me socorre correctamente, aquello fue a raíz de unas elecciones municipales. Ahora no se va a levantar republicana, pero para muchos se levantará habiendo pasado ellos a engrosar las listas del INEM. Y además con nombres de quienes hasta el día anterior iban de despacho en despacho, de edificio en edificio con chófer y coche oficial.
En la reunión, después del batacazo de lo de Andalucía, dicen quienes estuvieron que Rajoy viendo que nadie decía «esta boca es mía» dijo: ¡Bueno, que hable alguien! Verá señor Rajoy, yo creo que usted debería de saberlo, no hablan porque no se atreven a decir lo que realmente piensan, porque de decirlo, a lo mejor el líder, que es usted, saldría muy malamente. Y en ese partido, las primarias que eligen a los candidatos se concentran en el dedo que les señala. Permítaseme una acotación extrapolando el ejemplo, cuentan quienes lo saben que a la muerte de aquel mandatario ruso, los allí reunidos convinieron que había muerto pero alguien dijo «a ver quién se lo dice».
La peor desdicha de algunos líderes consiste en que la gente que pulula a su alrededor no pocas veces son puros pelotilleros, muy poco predispuestos cara a cara a descalificar el personaje. Saben que la bicoca de la que disfrutan se la deben a él o ella y no parece lo más prudente darle martillazos a la mano que te da de comer.
Lo que no hace falta que les diga, porque van a llevarlo adelante aunque ésta no fuera la consigna, es culpar a Zapatero cuatro años más tarde de los problemas heredados. Pero vamos a ver, si el tal Zapatero lo hubiera hecho todo bien, ¿de qué habría ganado Rajoy con mayoría absoluta? Igual que ahora pongo por caso que si el PP lo ha hecho todo tan bien, nada debe preocuparles, no tiene sentido ese miedo, esa congoja ante las urnas. Lo que pasa no es otra cosa que haberse dado cuenta de lo que han hecho con los derechos sociales de los trabajadores que tantos años tardaron en medio conseguir. Eso y lo de la corrupción les va a pasar una amarga factura.
Ningún político debería olvidar que frente a las urnas es la única vez en que el personal es lo más importante de la democracia. El conjunto de la ciudadanía, por una vez, tiene el poder de decisión en sus manos. Desgraciadamente eso no quiere decir que se acierte y así se eligen en cualquier parte del mundo por sufragio universal, gobiernos incapaces, derrochadores o corruptos. Incluso las tres cosas a la vez.