VIERNES, 15
Prosigue su periplo el ciclo ateneísta dedicado a los 150 años del Instituto Joan Ramis en el que he gozado del inmenso honor de participar. No podía faltar la economía en el actual mundo/empresa/marca y de ello se encarga uno de los más brillantes alumnos del Instituto, el profesor Guillem López-Casasnovas, quien nos asegura que hoy día hablar de macroeconomía le recuerda al protagonista de «Lost in traslation», perdido en la gran ciudad e incapaz de comprender nada de la realidad. Y es que todo juicio al respecto depende del sesgo que se le dé, del énfasis que se ponga en tal o cual parámetro. Al final, propone un pacto inter generacional (estamos solo de paso) y resalta un hecho tan cierto como paradójico y perturbador: todos queremos prestaciones nórdicas con impuestos minimalistas...
SÁBADO, 16
Si algo complace al adolescente de la vejez es reunirse a manteles (cursilada vintage) con algunos de esos amigos-amigos con quienes no hace falta actuar, y los asuntos íntimos afloran con naturalidad y complicidad. Casi todo lo sabemos de ellos y ellos de nosotros y pasan las horas sin notarlas. Recuerdos, pesares, alegrías, emociones y banalidades van fluyendo libérrimos como el agua cristalina de un manantial de montaña. Ni un móvil en la mesa.
Ha valido la pena cruzar la Isla azotada por un viento patagónico que casi descuartiza el coche (de hecho tenemos que parar en una gasolinera para comprar cinta aislante y fijar unas defensas que batían como las alas de un pájaro desesperado) y volver, décadas después, a uno de los enclaves pioneros en el desarrollo turístico menorquín. Cala Santandría sigue siendo bella y acogedora y tiene el valor añadido de recordarme a mi padre que me llevaba allí cuando le acompañaba en sus incursiones profesionales davall Ses Voltes.
DOMINGO, 17
Leo en «Es Diari» la carta que a mí me gustaría ser capaz de escribir, bajo el título «Lo tengo claro, muy claro». Es más, sería mi deber (y quizás mi salvación) como escribidor transmitir seguridad en vez de inventariar incesantemente dudas y perplejidades. Pero para eso hay que ser creyente (no necesariamente siempre en lo mismo) y obrar en consecuencia, como hace el viejo amigo que firma la misiva, convertirse en fan acrítico de las actuaciones de un partido en todos y cada uno de las pueblos y rotondas y con un repertorio siempre a mano de descalificaciones contundentes para infieles, por ejemplo, «los fundamentalistas que quieren que Menorca retroceda en vez de prosperar», todo ello bajo la pátina de la «independencia personal»...
Bien, me gustaría tenerlo todo claro, muy claro, como mi portentoso amigo, pero dudo de forma contumaz, lo veo todo turbio, muy turbio, y por eso acabo frecuentemente introduciendo un sobre vacío en la urna tras una sesión de espiritismo en la cabina electoral...
LUNES, 18
Al despertar me doy cuenta de que el nuevo deporte rey en España es el baloncesto y a pesar de no ser seguidor (ni siquiera acabo de entenderlo) y por tanto no compartir la euforia oficial, me levanto relajado y contento. Creo que más que por la consecución de la Liga por el Barça, un hecho ya aburridamente rutinario (nada que ver con la indescriptible emoción de ganarla cada catorce años, como en el pasado siglo, eso era ganar), es por la decisión de la directiva del club catalán de evitarnos esta vez el bochorno de la rúa, esa procesión laica en la que se reverencia un paso en forma de autobús que en vez de portar una recatada imagen religiosa muestra una recua de jóvenes en penoso estado etílico perpetrando mamarrachadas sin cuento mientras paralizan la ciudad... ¡Bienvenidas sean las celebraciones circunscritas a los respectivos templos!
MARTES, 19
Zumbido de dagas rasgando el límpido aire primaveral. Frufrú de zalamerías al pueblo llano. Bisbiseo de rezos religiosos y laicos en la intimidad por parte de quienes vienen repartiéndose cargos desde la noche de los tiempos y ahora los ven volando a atmósferas menos inhóspitas. ¿Van a cambiar realmente los equilibrios de poder o solo va a cambiar algo para que todo continúe igual?
La mujer de Nick Clegg, político de centro liberal inmolado en las últimas elecciones británicas por haber sostenido a Cameron en la última legislatura, escribe una significativa tribuna en «El País» en la que revela lo siguiente: «Como le conozco de sobra sé que Nick nunca dejaría una comunidad autónoma sin gobierno por buscar el beneficio electoralista propio o del partido...». Y concluye sin tapujos: «Hacer política de centro liberal es poner el interés de los ciudadanos, con minúscula, por encima del interés de Ciudadanos, con mayúscula". Más claro, agua.
MIÉRCOLES, 20
Y el Oscar al patinazo mitinero del año es obviamente para don Mariano Rajoy Brey por su estelar afirmación de que gracias a su inmarcesible política económica ya nadie se pregunta por el paro en nuestro país de países. Realmente insuperable.
JUEVES, 21
Trabajo para ferrazólogos: ¿Fueron esquivas las miradas entre Susana Díaz y Pedro Sánchez?, ¿huidizas?, ¿crípticamente apasionadas? Hummm.