El título, como saben mis pocos pero devotos lectores, viene prestado por don Guillermo, el divino bardo de Strafford- on-Avon, que en castellano se traduce por «Mucho ruido y pocas nueces», y que, en francés, más exactamente, se torna en «Beacoup de bruit pour rien»: o sea, campaña electoral habemus, Ave María Purísima; de la cual, y me refiero al zafarrancho local, me he librado con/por una estancia de dos semanas en Palma, sin prensa (ni cartas de Triay, siempre tan admonitorias, ni de Caules, tan feliz ella en su Bini-Repòs, Torret, o sea), ni teles (con esa panoli llamada Susana Díaz), ni convocatorias callejeras (aunque Reynés tiene las piernas atractivas...), ni la exhibición del habitual merder consistorial en la villa obispal, and so on... La campaña electoral es un patético trampantojo...
Mientras, y día tras día, caía sobre Palma un sol desmadrado, techado por un cielo inmensamente cerúleo, sobre miles de turistas que pastoreaban la belleza vistosa y a la vez íntima, su alacre encanto de ciudad marítima y rural y cosmopolita, que en estos últimos años se ha convertido en la perla del Mediterráneo, cobijada por la grandiosidad de la Sierra de Tramontana... Y por cierto, mi regreso coincidió con el de ella, ¡la tramontana. !Ay, Mahón/Mahó/Maó/ Mô...