Hoy día 20 está previsto que se abran las ocho primeras habitaciones para pacientes y familiares de las islas menores en el hospital de Son Espases. Tendrán capacidad para dieciséis personas y serán las primeras, ya que en una próxima fase se espera rehabilitar otras doce habitaciones dobles. Los medios aún no han podido acceder a este espacio, cuya inauguración formal se espera para finales de semana, aunque Salud ya avanzó que se ubica en la primera planta del edificio, en la zona de hospedería y próxima al espacio para madres lactantes. En el tiempo que ha transcurrido desde que el Govern anunció esta opción, que no es la residencia prometida, se han sucedido las reacciones.
Las críticas desde la oposición del PP han arreciado contra socialistas pero sobre todo contra Més, el partido que vinculó incluso su apoyo a los presupuestos a la creación de esta residencia, un recurso fundamental para los menorquines que por una enfermedad tienen que permanecer en Mallorca.
No ha sido así, de momento se conforman -nos tenemos que conformar-, con este proyecto habitacional junto con los apartamentos de Ca'n Granada, los pisos de las asociaciones y los convenios con hoteles.
El criterio médico ideal está claro: contar con tus familiares y salir del hospital ayuda a curarse. En el plano más práctico, y a la espera de que se cumpla finalmente el proyecto de residencia, me quedo con las palabras del gerente del hospital Sant Joan de Déu, Manuel del Castillo: mientras el concepto sea el de una casa y no el de hospital, mientras se haga bien y sea un ala acondicionada, bien dotada, donde enfermos y familias puedan darse apoyo mútuo, siempre será mejor que un hotel. Por encima de la sana discrepancia, se requieren, aquí y ahora, diálogo y soluciones al problema.