Rafa Nadal, probablemente el mejor deportista español de todos los tiempos, ha entrado en el declive propio de su edad, influenciado por el enorme desgaste físico que ha caracterizado la épica de su extraordinaria carrera. Y sin Nadal y con el Mallorca provocando sonrojo en la Segunda División desde hace varios años, los referentes del deporte balear en las disciplinas mayoritarias que siguen los aficionados regularmente -y no solo cuando llegan las citas olímpicas-, escasean más allá de Jorge Lorenzo, Llull o Rudy Fernández, siempre en candelero.
Solo bajo esa consideración cabe entender el programa especial dedicado el martes por la televisión pública balear, IB3, a Marco Asensio, el jugador mallorquín que cumple su primera temporada en el Real Madrid. Es, sin duda, una de las más firmes promesas del fútbol español. Pero ni es titular en el equipo merengue, ni acumula, por lógica dada su juventud, un palmarés excelso que justifique la realización de un programa, en franja de máxima audiencia y con una hora de duración.
Si esta ha de ser la tónica con un joven de 20 años, preparémonos para ver especiales periódicos de su trayectoria a medida que progrese y gane protagonismo en el Real Madrid, como probablemente suceda, y en la Selección Nacional absoluta en la que jugó 11 minutos para asegurarse que Holanda no le reclame ya que su madre era de aquél país.
Me encanta ver jugar a Marco Asensio porque es un futbolista brillante, diferente. Pero en cuanto a IB3, si ya excede la dedicación al Mallorca en los informativos a pesar de sus desastrosas temporadas, convendría que enfocara a otros 'grandes' para la elaboración de programas exclusivos. Sergio Llull, el mejor balear del momento, lo tuvo en una serie en la que entraron muchos otros de menor rango. Sus méritos son mucho mayores hoy que los de Asensio.