El calentamiento global es un cuento chino según el presidente Trump. Lo inventaron los chinos para atacar a la economía de Estados Unidos. Parece que al planeta no le ha gustado esta afirmación y está dando muestras de que la crisis se acerca. Aparte de que el año 2016 ha sido el más caliente desde que hay datos, otras consecuencias del calentamiento global empiezan a manifestarse.
Una indicación importante ha sido el progreso que ha hecho en estos últimos meses la gran grieta que se abre en la llamada Larsen C plataforma de hielo en la Antártida. Desde diciembre ha crecido más de 17 millas, teniendo una longitud de más de 100 millas. En algunos puntos tiene una anchura de un par de millas y solo le faltan unas 20 millas más para que esa enorme masa de hilo se separe del continente. Sería el mayor iceberg que se ha conocido y este desprendimiento puede pasar en poco tiempo.
En sí, el desprendimiento de este iceberg no causaría ningún aumento significativo del nivel del mar. La preocupación está en la estabilidad del resto de la península de la Antártida, que sí podría causar un efecto al nivel del mar.
Otra noticia alarmante es la publicación en la revista «Nature» de los resultados de medidas de la concentración de oxígeno en el mar. Esta es la primera vez que se tienen medidas sistemáticas de carácter global y en profundidad. Lo que se ha observado es una disminución de más del 2% de concentración de oxígeno en el periodo 1960 a 2010. Este tipo de reducción la predecían los modelos de calentamiento climático. El problema es que esta disminución de oxígeno afecta a la vida marina y puede tener serias consecuencias, como indican los autores del artículo.
Un aspecto del cambio climático que también se va notando es el aumento en oscilaciones extremas entre periodos de sequía y periodos de grandes lluvias. Este fenómeno lo notamos en todas partes, pero ha sido en California donde las consecuencias se han vivido en los últimos meses. Después de cinco años de sequía, en las últimas semanas ha habido lluvias torrenciales que han causado todo tipo de pérdidas, incluso de vidas humanas.
El mayor desastre ha sido la rotura de la presa de Ororville, ha habido que desalojar unas 180.000 personas de la región y ha habido grandes destrozos. El cambio climático también afecta a las presas. Al construirlas se tiene en cuenta el ritmo de lluvias locales. Estas nunca están igualmente distribuidas y hay periodos de sequía y lluvias que hay que estimar cuidadosamente. Es el fenómeno José, como lo denominó el matemático Mandelbrod recordado las siete vacas gordas seguidas de siete vacas flacas del sueño del faraón. La consecuencia del cambio climático es que estas periodicidades e intensidades han ido cambiando, por lo cual las presas existentes están cada vez más desfasadas y no podrán cumplir adecuadamente su misión.
No se si el planeta se cabreado por lo que cuenta Trump o es que ya nos venía preparando otra sorpresa. Esta no parece tener nada que ver con el cambio climático. Según resultados publicados recientemente, el campo magnético terrestre se está debilitando. La cuestión que eso plantea es si se acerca un cambio de polaridad de campo, o sea que los polos magnéticos se intercambien. Esto no sería nada nuevo para el planeta Tierra, ya que ha pasado varias veces cada unos cientos de miles de años. El problema está en que en la transición el campo magnético se debilita mucho y por tanto no puede proteger a la tierra de la lluvia de partículas cargadas que la bombardea. Si esa transición pasara, podría llevarnos a un serio aumento en los casos de cáncer.
O sea que el planeta no está para bromas y precisamente ahora necesitamos un seria concienciación sobre los problemas que pueden venir. Pero la llegada de Trump puede ser un serio obstáculo para llevar a cabo las medidas necesarias para salvar el planeta, aunque este hombre puede cargarse nuestra sociedad antes de que perezca el planeta.