Una de las series televisivas de mi infancia se llamaba Superagente 86 (Get Smart era su título en versión original). Hilarante comedia americana que parodiaba las películas de espías durante la Guerra Fría, allá por los años 60. Cuando las cosas parecen no tener sentido o nos angustian demasiado, les ponemos sentido del humor y, por lo menos, nos cachondeamos de ellas un rato.
Reír libera momentáneamente la tensión y nos impide morir de aburrimiento, de miedo o de cabreo.
Hoy nos parecería ridícula y trasnochada, a pesar de la versión actualizada para el cine que se estrenó en 2008. Las cosas fuera de contexto siempre resultan difíciles de comprender. La serie original fue creada por Mel Brooks y Buck Henry. Protagonizada por el gracioso Don Adams como Maxwell Smart, el agente 86, y la bellísima Bárbara Feldon, como la agente 99.
Recuerdo que la organización de los malos se llamaba Kaos; y los buenos, en cambio, pertenecían a Control. Otras curiosidades eran el «zapatófono» (precursor del teléfono móvil); que el protagonista desaparecía en una cabina telefónica para entrar a la zona secreta; y que se pillaba la nariz con una puerta automática al final de cada capítulo. Ha llovido mucho desde entonces (sobre todo en invierno).
Ni que decir tiene que nos encontramos en parecidas circunstancias. Control luchando contra Caos y el mundo a punto de irse al carajo. Por suerte, el patoso Superagente 86 ya viene al rescate.