A principios de este mes se hizo público en Estados Unidos un documento sobre el cambio climático parte de una evaluación nacional del clima. Entre los autores del informe están expertos de primera fila de las agencias estatales y de universidades. El informe confirma los resultados que conocíamos y hace hincapié en el papel de los seres humanos como causa del cambio.
Estas conclusiones contradicen la posición del Gobierno de Trump que claramente insiste en que el problema si existe nada tiene que ver con esta sociedad de consumo que causa polución continua, y por esta razón sacaron a Estados Unidos de los acuerdos de París.
La posición de Trump es claramente contraria a la ciencia. Eso se ha confirmado una vez más esta semana al no celebrar un encuentro con los premios Nobel de Estados Unidos antes de que vayan a recibir los galardones. Es una tradición que todos los presidentes han seguido y que este año se interrumpe.
Son ocho los ciudadanos de Estados Unidos a los que se ha concedido el premio Nobel este año en Física, Química, Medicina y Economía. Algunos de ellos han confesado sentirse aliviados ya que no querían encontrarse con el presidente. Aunque esto puede ser considerado como anécdota muestra una vez más la posición del presidente con respecto a la ciencia y los científicos.
Hace ahora 25 años que 1.700 científicos de todo el mundo escribieron una carta de aviso a la humanidad de los peligros que acechaban al planeta. Ahora, al celebrase el 25 aniversario, más de 15.000 científicos de 184 países han publicado una carta en el «Journal of BioScience» afirmando que «la humanidad ha fallado en hacer progreso suficiente para resolver los previstos desafíos al medio ambiente, aun más alarmante, muchos de estos desafíos han empeorado.» Anuncian que es el segundo aviso y que pronto será demasiado tarde para resolver estos problemas. Las alarmas siguen sonando en todas las direcciones y poco caso se hace.
También la semana pasada hubo otra cumbre sobre el cambio climático en Bonn. Estados Unidos participó, aunque se sale del acuerdo de París en 2020. Su participación fue más bien para levantar argumentos a favor del uso de combustibles fósiles.
El representante de Estados Unidos, George David Banks, resucitó argumentos que ya se propusieron en tiempos de George W. Bush. Banks dijo que combustibles fósiles baratos son necesarios para ayudar a modernizar naciones en desarrollo y sacar a gente de la pobreza. No está muy claro cómo afectaría a países del tercer mundo el dejar de usar en Estados Unidos combustibles fósiles en las centrales eléctricas.
También estuvieron presentes en la reunión de Bonn representantes de algunas Estados de Estados Unidos que están en desacuerdo con las políticas de Trump y que seguirán aplicando los planes del acuerdo de París.
La salida de Estados Unidos del acuerdo ha hecho que las posturas de muchos países en Bonn no fueran muy claras pero se llegaron a algunos acuerdos. Arabia Saudí fue la oposición más activa retrasando durante varias horas la firma de los acuerdos. Algunas decisiones se aplazaron hasta la próxima cumbre.
En resumen, el cambio climático se esta acelerando y el tiempo para tomar medidas efectivas se esta acabando. En Estados Unidos el gobierno está en contra de tomar medidas y quiere fomentar el uso de combustibles fósiles. En el resto del mundo la mayoría de países están a favor de tomar medidas, pero tienden a ser más débiles de lo deseable.
… Y España? España sigue con el impuesto al sol y se ha quedado fuera de una alianza internacional contra el carbón. Unos veinte países han firmado ese acuerde en que se comprometen en eliminar el uso del carbón antes de 2030. Pero el ministro español de Energía, Álvaro Nadal, quiere una política energética que incluya el carbón. Además, estos días han dimitido los jefes del principal centro de energías renovables, la Plataforma Solar de Almería, ya que puede perder al 30% de sus investigadores por las restricciones de Hacienda.
Así todos juntos y cogidos de las manos no vamos a tirar por el precipicio.