Con el nombramiento de la bióloga y pedagoga Margarita Comas Camps (Alaior, 1892-Exeter, Inglaterra, 1983) a partir del 19 de enero la Galería de Menorquines Ilustres del Ayuntamiento de Maó contará con la segunda mujer. La primera hija ilustre de la ciudad de Maó fue la arqueóloga María Luisa Serra Belabre (Maó, 1911-1967).
Margarita Comas sobresalió durante el primer tercio del siglo XX en una comunidad científica eminentemente masculina. Su obra y su trayectoria fueron interrumpidas por la guerra 1936-39, que también truncó la relación con su marido, el fotógrafo y pintor Guillem Bestard y no lograron reencontrarse hasta 1946.
Luchadora por la igualdad de oportunidades y comprometida con la Segunda República, en 1939 se vio obligada a exiliarse a Londres.
España perdía aquella menorquina de la saga de los Comas, doctora en Ciencias por la Universidad Central, profesora de biología infantil en la Facultad de Filosofía y Pedagogía de la Universidad Autónoma de Barcelona -única mujer en la sección de Pedagogíay también profesora de la Normal de la Generalitat de Catalunya.
La incorporación de Margarita Comas Camps a la galería municipal de menorquines ilustres de Maó repara una injusticia y arranca del olvido su relato vital así como sus aportaciones científicas y al campo de la pedagogía. Imprescindible el volumen coral «Margalida Comas Camps (1892-1972), científica y pedagoga», publicado en 2009 por el Govern.
Recuperamos hoy este texto de la profesora Comas (1925) que resume su espíritu pedagógico: «Hay una porción del facetas del alma humana que una buena enseñanza científica, mejor que ninguna otra, puede cultivar en la escuela, tales son, por ejemplo, el espíritu de observación la serenidad, el dominio de sí mismo, la costumbre de buscar las causas de las cosas el orden, la cautela en las afirmaciones, la admiración por la naturaleza, la modestia y la tolerancia». Sabiduría de la maestra de Alaior.